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Esther Doña cuenta por qué abandonó el Palacio de El Rincón: ¿la echaron los hijos de Carlos Falcó?

La socialité ha publicado su primer libro, ‘La vida de un gran hombre a través de mis ojos’, en el que cuenta sus vivencias junto al marqués de Griñón

Esther Doña y Carlos Falcó en una imagen de archivo
Esther Doña y Carlos Falcó en una imagen de archivoLalo AlvarezGTRES

Por fin ha visto la luz ‘La vida de un gran hombre a través de mis ojos’, el libro autobiográfico de Esther Doña en el que relata cómo fue su relación con Carlos Falcó, desde el principio hasta el doloroso final que llegó con la muerte del marqués de Griñón. Se trata de una obra que no terminaba de gustar a los hijos del aristócrata, temerosos de que la socialité hiciera públicos datos o secretos familiares que pudieran ir en detrimento de la imagen pública de su padre. De hecho, voces cercanas a este linaje aseguran que no tienen intención alguna de leer uno de los ejemplares.

Sin embargo, lo cierto es que los hermanos Falcó no tenían nada que temer. A lo largo de las trescientas páginas sobre las que se extiende ‘La vida de un gran hombre a través de mis ojos’, Esther Doña solo tiene buenas palabras para el marqués de Griñón. Recuerda alguno de los momentos en los que fueron más felices, y se guarda para sí aquellos en los que no. Cuenta incluso por qué decidió marcharse del Palacio de El Rincón tras enviudar, un asunto que generó muchas especulaciones en la prensa. “Sin Carlos, aquel era un hogar sin alma”, señala la escritora.

Portada de 'La vida de un gran hombre a través de mis ojos', de Esther Doña
Portada de 'La vida de un gran hombre a través de mis ojos', de Esther DoñaPlanetaLa Razón

En cambio, algunos medios apuntaron entonces que la verdadera razón por la que Esther Doña abandonó la vida palaciega no fue otra que los hijos de Carlos Falcó dejaron de financiar los elevados gastos que acarreaba el mantenimiento del complejo. La socialité prefiere ser más elegante en su libro y no entra en muchos más detalles, aunque sí confirma que no lo tuvo nada fácil a la hora de hacerse un hueco en el selecto círculo de amistades y contactos en el que se movía su marido. “Yo ya era marquesa de Griñón: a mí me daba igual, pero de cara al público me otorgaba la legitimidad que algunos, antes, se habían resistido a darme”, cuenta entre las páginas de su libro, publicado por Planeta.

Como dos tortolitos

Esther Doña no se complica y empieza su libro por el principio, narrando cómo Carlos Falcó consiguió enamorarla. Se conocieron en una cena organizada por el primo de la socialité, y por lo visto el marqués de Griñón quedó prendado de ella al instante, incluso aunque vestía un diseño de Zara, una marca fast-fashion con la que el aristócrata no terminaba de casar. Poco después llegaron las comunicación vía WhatssApp, como si de dos tortolitos se tratase, aunque era el padre de Tamara Falcó quien más interés mostraba al principio. “Vaya cuerpazo tienes en la fotografía de perfil, no sé si dormiré. ¿Significa ‘deseadme’? Porque lo consigue”, llegó a escribirle cuando vio su imagen principal.

Por lo visto, hablaban de forma fluida por la aplicación de mensajería instantánea. De hecho, la primera vez que se dijeron ‘te quiero’ fue a través de WhatsApp. Poco a poco, su relación se fue oficializando, a pesar de la amplia diferencia de edad, que escandalizó incluso a la madre de Doña: “Hija, no vas a ser su mujer, vas a ser su enfermera”.

El marqués de Griñón, Carlos Falcó, y Esther Doña / Foto: La Razón
El marqués de Griñón, Carlos Falcó, y Esther Doña / Foto: La Razónlarazon

Esther Doña vende en ‘La vida de un gran hombre a través de mis ojos’ una historia idílica en la que no deja espacio para los problemas de pareja. Relata una vida rosa sin grises en la que las diferencias con la familia del marqués de Griñón son solo una invención de la prensa, tanto que apenas alude al clan a lo largo de las 300 páginas de su obra.