Boda real en Omán: el príncipe heredero Theyazin se casa por segunda vez

Ománse prepara para una noche histórica. Este jueves 24 de abril, el príncipe heredero Theyazin bin Haitham Al Said protagoniza una nueva página en la historia de la monarquía del Golfo con su segunda boda oficial. El escenario será el majestuoso Maraya Hall del Palacio Al Alam, donde las familias reales y los altos cargos del país se darán cita en una ceremonia que, como dicta la tradición omaní, será tan solemne como discreta.

El príncipe Theyazin, de 34 años, es el primer heredero designado oficialmente en el sultanato. Su padre, el actual sultán Haitham bin Tariq, rompió con décadas de ambigüedad institucional al nombrar sucesor a su primogénito en enero de 2021, apenas un año después de heredar el trono tras la muerte del legendario Qabus bin Sa‘īd. Con este gesto, el país dio un paso hacia la modernización de sus estructuras monárquicas.

Formación europea

Educado en Oxford y formado en la prestigiosa academia militar de Sandhurst -como otros príncipes de la realeza europea y árabe-, Theyazin es también Ministro de Cultura, Deportes y Juventud, una cartera clave en un país que busca equilibrio entre tradición y modernidad.

La novia, Alia bint Mohammed bin Hilal bin Hamad Al Busaidi, pertenece a una influyente familia de funcionarios del Estado. Aunque sobre ella se conoce poco, por las estrictas normas de privacidad que rigen para muchas mujeres en el Golfo, su linaje habla por sí solo: es sobrina del gobernador de Muscat y del embajador de Omán en los Emiratos Árabes Unidos.

Este es el segundo matrimonio para el príncipe. Su primer enlace fue en noviembre de 2021 con Meyyan bint Shihab Al Said, su prima y figura pública dentro de la realeza omaní, con formación artística y académica en Catar y Reino Unido. La unión, sin embargo, fue breve y sin descendencia; el divorcio se produjo discretamente a inicios de 2022.

Aunque la boda de este jueves se celebrará a puerta cerrada, el evento tiene un profundo significado simbólico: consolida la figura del heredero como garante de continuidad en uno de los países más estables del Golfo. Y lo hace con el discreto pero firme estilo que caracteriza a la monarquía omaní.