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¡Felicidades!

Jaime de Marichalar cumple 62 años: discreción, estilo y una complicidad inquebrantable con su hija Victoria Federica

El exmarido de la Infanta Elena vive alejado del foco mediático desde su divorcio.

Jaime de Marichalar y Victoria Federica, en París GTRES

Este 7 de abril, Jaime de Marichalar celebra su 62º cumpleaños. Lejos quedó aquella imagen de yerno real que ocupaba titulares y asistía a recepciones oficiales junto a la Infanta Elena. Desde su divorcio en 2009, el exduque de Lugo ha optado por un perfil mucho más reservado, aunque su presencia sigue latente en los círculos más exclusivos del lujo, la moda y el arte.

Elegante y cosmopolita

Marichalar irrumpió en la escena pública en 1995 al casarse con la primogénita de los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía en la Catedral de Sevilla. Aquella unión simbolizaba el encuentro entre la nobleza tradicional y la monarquía española. Hijo de los Condes de Ripalda, su linaje aristocrático y su cercanía al mundo financiero lo convirtieron en un personaje clave del "establishment" más refinado. Durante su matrimonio, cultivó una imagen elegante y cosmopolita, consolidando su vínculo con firmas de lujo a través de su colaboración con LVMH.

Victoria Federica junto a Jaime de Marichalar en el desfile de Dior.Gtres

Pero en 2001, un ictus cambió el rumbo de su vida y marcó el inicio de una etapa más introspectiva. Tras el divorcio, Marichalar desapareció progresivamente del foco mediático, aunque sin renunciar a sus pasiones: el lujo, la moda y, sobre todo, su relación con su hija, Victoria Federica.

Ella, con quien comparte una complicidad palpable, se ha convertido en su gran compañera de vida. Unidos por su amor a los toros y la alta costura, padre e hija han sido vistos recientemente en el "front row" del desfile de Dior en la Semana de la Moda de París, consolidando su rol como dúo de estilo intergeneracional. Él, como referente sobrio; ella, como influencer, pero con el mismo gusto por las firmas exclusivas.

Marichalar vive en Madrid, se deja ver en ferias taurinas y desfiles de moda, pero rara vez habla. Su silencio público contrasta con el eco que genera su figura: la de un aristócrata moderno, que ha encontrado en la discreción su mejor carta de presentación. Hoy, 7 de abril, cumple 62 años. Y lo hace fiel a sí mismo: lejos del ruido , cerca del estilo, y más unido que nunca a su hija y con la vista puesta en el regreso de su hijo Froilán de Abu Dabi.