Elegancia
Luz Camino, el secreto que une a las reinas Sofía y Máxima
La joyera española está considerada una de las más excepcionales creadoras, con Nueva York a sus pies y Carolina Herrera entre sus coleccionistas
De todos es conocida la pasión que siente doña Sofía por la joyería.La reina emérita es poseedora de una de las colecciones más impresionantes de las cortes europeas, al menos en lo que a joyería contemporánea se refiere, y lo cierto es que esta no ha dejado de crecer con los años. La última pieza que ha llamado la atención de la prensa ha sido un impresionante broche de claveles que bien podía parecer que eran realmente dos flores, pero no. Se trataba de una creación de alta joyería que firma la española Luz Camino.
El nombre de esta artista es desconocido para el gran público, pero como reconocía la comisaria de joyería del Museo de Bellas Artes de Boston, Emily Stoehrer, a «The New York Times» en marzo del año pasado: «Quien es apasionado de la joyería sabe de quién estamos hablando».
En 2023, Luz Camino celebró sus cincuenta años siendo una joyera con voz propia. Se formó en la desaparecida Escuela Sindical de Joyería, tras haber estudiado diseño y moda en París, y rápidamente forjó una carrera que la fue situando entre una de las artistas más reconocidas del sector. Su obra es una propuesta elegante, arriesgada y onírica. Son llamativos los broches que realiza inspirándose en flores, como el que lució en la solapa recientemente doña Sofía, pero también sus pendientes, que pueden venir de alguna referencia que haya encontrado en el Museo del Prado o, simplemente, de las virutas de un lapicero. «Me puse las virutas de lápiz en la oreja y pensé: Esto es hermoso», reconocía al periódico americano en una de las poquísimas entrevistas que ha concedido en su vida. Esas virutas se transformaron en sus manos en aretes de oro con textura tridimensional adornados con zafiros, esmeraldas y rubíes.
Esta manera de concebir su trabajo hace que sus creaciones, que realiza colaborando con talleres de Madrid, pero dándole ella siempre el último toque, tengan alma de obra de arte y le hayan abierto las puertas de la feria TFAF (posiblemente la feria de arte más exclusiva del mundo) y de Bergdorf Goodman, una de las catedrales más exquisitas del «shopping» en la Gran Manzana. Allí (como en su taller en Madrid) se pueden adquirir sus diseños, que rondan entre los 2.000 y 5.000 euros para piezas como un broche. Pueden alcanzar los 50.000 euros si se trata de una obra única y más especial. En 2023, además, fue la artista elegida para reabrir el museo de la Hispanic Society de Nueva York. Allí, sus piezas inspiradas en animales marinos, capotes de toreros y castañuelas, ramos de flores o móviles de Calder, dialogaban con los grandes murales que creó para la institución Joaquín Sorolla y podríamos imaginar que a los toreros o roncaleses allí representados seguro que se les escapó alguna mirada a la obra de Camino.
Calidad mágica
Pese a un precio que para algunas personas podrá parecer desorbitado, pero que no lo es atendiendo a la calidad de la producción, nadie se arrepiente de lucir sus creaciones. «Cada vez que uso uno de los broches de Luz en mi solapa, llama la atención de la gente», confesó la diseñadora Carolina Herrera a «The New York Times». «La gente está intrigada por los colores, los materiales y la calidad mágica». De hecho, la propia creadora venezolana es, junto a Joel A. Roshenthal (toda una eminencia en la joyería), una de sus mayores coleccionistas. Su idilio nació hace más de veinta años, por un gran broche en forma de flor que le regalaron a la modista y que la conquistó para siempre. Museos como el de Artes Decorativas de París o el de Arte y Diseño de Nueva York también cuentan con piezas suyas en sus colecciones.
Una tiara para Leonor
No se deja de hablar de la ocasión en la que la Princesa de Asturias aparezca delante de los españoles con vestido largo y tiara en la cabeza. Se especula mucho con cuál será el modelo elegido para esa ocasión, siendo la diadema prusiana o la princesa las que mejor situadas aparecen en las encuestas. Entre los diseños de Luz Camino encontramos propuestas de tiaras, como se pudo ver en su exposición en la Hispanic Society de Nueva York. Este podrías ser un bonito regalo de su abuela, que ya ha demostrado ser una apasionada de esta joyera española que triunfa en todo el mundo.
Los pendientes más originales de Máxima
Otra que parece haberse rendido a los pies de Luz Camino es Máxima de los Países Bajos. La reina argentina es una apasionada de las joyas llamativas y ya la hemos visto con dos diseños de la española. Hace unas semanas fue en Davos, con unos pendientes en forma de flor, y, poco después, apareció en un posado familiar con unas ramas de olivo en las orejas que también llevaban la firma de Camino. La unen de manera directa con doña Sofía, a la que hemos visto en la solapa el broche que completa ese juego. Los materiales que trabaja la diseñadora la convierten a veces en una rara avis del sector. Encontramos oro y piedras preciosas, pero también bronce, titanio y vanadinita: «No me gusta que mis joyas sean muy brillantes porque entonces pierden su estética natural», confesó. «Quiero que las joyas luzcan lo más naturales y realistas posible».
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