Entrevista

La madre de «Il Divo»: “Mi hijo murió solo, sin el apoyo de su grupo”

Lanza, en el primer aniversario de su muerte por Covid, un emotivo libro sobre su lucha y la dura historia de su éxito

Carlos Marín
Carlos MarínBerenice BautistaAgencia AP

Carlos Marín era el componente principal del grupo Il Divo. Y no porque lo buscara, sino por decisión libre de los seguidores que siguen inundando su perfil de Instagram con recuerdos emocionantes de cariño. Hoy se cumple un año de su muerte inesperada y con motivo de este aniversario se publica un libro de su vida escrito por Magdalena, la mujer que le dio la vida y que el Covid le arrebató a los 53 años. No había idea preconcebida a la hora de narrar las vivencias del cantante lírico, pero para su madre ha sido una especie de terapia para salir del túnel de la tristeza infinita. Las noches interminables las ocupaba en escribir «Carlos Marín Il Divo, Mi hijo» (Avant Editorial) y su nieta Noemí y su hija Rosa la animaron para que se publicara.

¿Por qué decide escribir este libro sobre su hijo?

La pena me estaba matando y me puse a escribir recordando. Y pasó poco a poco, fui llenando mi vida gracias a él.

Qué casualidad que fuera la figura de Luis Miguel la que le hiciera decidirse a contar la experiencia vital de Carlos

Un tío de Luis Miguel nos buscó, porque quería llevar su carrera. Habíamos tenido una mala experiencia. Y cuando el abogado leyó el contrato nos dijo que ni de broma los aceptáramos y ahí quedó. Carlos acababa de cumplir 14 años.

¿Cuál fue esa experiencia?

Cuando tenía 8 años nos fuimos a Holanda porque le contrató el compositor de la música de «Los Pitufos», para grabar discos y ofrecer conciertos. Una experiencia, que incluiría también maquinaciones y engaños por parte del representante holandés. Fue nefasto.

Escribir ha sido su salvación.

Cuando murió tuvimos la última conversación y me engañó para no preocuparme. Me dijo: «Te quiero mamá. No te preocupes por nada. Me van a entubar pero todo va a salir bien». Horas después falleció. Tenía una salud espléndida y se cuidaba mucho, pero tuvo la mala suerte de coger el virus y eso que estaba vacunado.

Carlos Marín, miembro del cuarteto lírico Il Divo, está hospitalizado
Carlos Marín, miembro del cuarteto lírico Il Divo, está hospitalizadoArchive

¿Cuándo se dieron cuenta de que su voz era un prodigio?

Desde pequeñito. A mí me llamaba cantando. En Alemania teníamos una casa muy grande y cuando estaba abajo y yo arriba lo hacía con tono. Era un poco tartamudo, y le llevamos al médico y me dijo que el problema que tenía era que pensaba más rápido a la hora de expresarse. Y ya ve.

¿Vivieron en Alemania?

Su padre y yo nos fuimos a trabajar, de emigrantes. Y mis dos hijos nacieron allí, fueron al colegio y nos reuníamos con amigos españoles. Hicieron un grupo y Carlos era el cantante y bailaba flamenco. Tenía 6 años y ya era un portento. Le llamaban para ir a eventos pero sin cobrar y cantaba «Granada» que era la canción preferida de su padre. A él no le gustaba que su hijo fuera artista porque decía que era muy sacrificado. Y su abuela fue la que pagó sus primeras clases de canto. Por eso, en sus conciertos siempre interpretaba ese tema. Mi hijo estudió en el conservatorio. Tenía la carrera de canto, solfeo y piano y sabía tres idiomas. Cantó con Monserrat Caballé, con Kraus...

¿Cómo es el momento en que se convierte en la figura principal de Il Divo, un fenómeno con miles de fans?

Estaba en Italia con una ópera y me llamó por teléfono para contarme que una vez que acabó la representación, una persona le dijo que quería ofrecerle una audición. Y le dijo: «Si queréis escucharme venir mañana al teatro y me escucháis». Era Simón Cowell que estaba buscando cuatro voces de artistas para formar el grupo. Carlos fue el primero y a partir de ahí, Il Divo se lanzó.

Carlos y sus compañeros vendieron más de treinta millones de discos y cantaron ante la reina Isabel de Inglaterra, Bill Clinton, Bush... Cantaron con Barbra Streisand, Celine Dion...

Era el mejor y yo le echaba mucho de menos porque estaba seis meses fuera de España con la gira. Barbra Streisand les regaló una guitarra a cada uno. Y Bill Clinton quería hacer la gira con ellos.

Tengo entendido que sus compañeros no se portaron bien.

Sí, el final de su vida fue triste, sin que siquiera sus compañeros durante diecisiete años en Il Divo lo acompañaran. Murió solo en el hospital de Manchester. El último capítulo del libro, donde lo cuento, no he podido leerlo. Es la espina que tengo.