Opinión

El diario de Amilibia: Que Él escriba más cartas, porfa

No la tercera y definitiva a modo de literaria despedida, como le pide Feijóo, sino cartas a todos

BENALMÁDENA (MÁLAGA), 05/06/2024.- El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), junto a su mujer, Begoña Gómez (d), durante un acto electoral de los socialistas en Benalmádena (Málaga), este miércoles. El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en un acto electoral junto a la candidata del partido, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y el líder de la formación en Andalucía, Juan Espadas. EFE/ Jorge Zapata
Pedro Sánchez y Begoña GómezJorge ZapataAgencia EFE

Leo: “Riesgo de quiebra en dos años. Correos lanza un nuevo plan ante el peligro de entrar en causa legal de disolución en 2026 si continúa con el actual ritmo de pérdidas. Hacienda pacta con los sindicatos movilizar más de 3.000 millones”. Leo más: “Correos, un gigante público hundido por el enchufismo de Sánchez”. Los analistas de la cosa cuentan que Él colocó a su exjefe de gabinete y amigo, Juan Manuel Serrano, al frente de la sociedad sin tener ni pajolera idea de lo que suponía gestionar la mayor empresa pública de España. Y con un sueldo anual de casi 200.000 euros. En los años 70, yo tomaba el té con Deborah Kerr y su esposo en la terraza emparrada de su casa marbellí. Hablando de la mistad, su marido, el guionista Peter Viertel, me confesó: “Un amigo de verdad es aquel al que llamas a las tres de la madrugada, le dices que has matado a tu mujer y él responde sin dudar: “Ahora voy con la pala”.

Bueno, pues Serrano debía ser un amigo de verdad y acudió a la misión encomendada por su Amado Líder con total impericia (según los sindicatos) y la pala de amontonar pasta. Hay que alabar el gran sentido de la amistad del Apolo de la Moncloa. Por su afición al enchufismo debería ser nombrado Primer Electricista de España. Para salvar Correos, este bufón solo ve una solución: que Él se ponga a escribir muchas cartas. No la tercera y definitiva a modo de literaria despedida, como le pide Feijóo, sino cartas a todos: a sus cien mil asesores, a la ciudadanía, a la Bego, al juez Peinado, a Pumpido, a los siete de Pumpido, al fiscal García Ortiz, a Puchi, a Aragonés, a Otegi, a Aitor Esteban…

Su ejemplo sería imitado por los miles de españoles que lo adoran, y así volverían las cartas, los sellos, los buzones, los giros postales…