Día del Carmen

Carmen Sevilla celebra su santo desde el olvido

La cantante, que padece alzheimer desde hace tiempo, pasará el día con la familia

La actriz y cantante Carmen Sevilla / Foto: Efe
La actriz y cantante Carmen Sevilla / Foto: Efelarazon

Hace años, cuando la enfermedad del olvido no sumía en la falta de recuerdos a Carmen Sevilla, la artista celebraba el día de la Virgen del Carmen con los suyos.Hoy no se acuerda de aquellos días felices, el alzheimer le ha borrado la memoria y ni acierta a reconocer a aquellos que la quieren tanto.

En esta fecha tan especial, su hijo, sus nietos y su íntimo amigo, Moncho Ferrer, visitarán a Carmen y le llevarán flores y ese pastel que tanto le gusta. Se escucharán canciones y, seguramente, se unirán al grupo, algunos de los sanitarios que cuidan a la enferma en la residencia de la localidad madrileña de Aravaca en la que fue internada hace años.

La actriz Carmen Sevilla, durante el funeral de Augusto Algueró
La actriz Carmen Sevilla, durante el funeral de Augusto AlgueróGTRES

Moncho desvela a LA RAZÓN queCarmen está muy delicada. Su vida sigue siendo la misma, con la misma rutina, ejercicio, paseos por el jardín, muy tranquila… Gracias a Dios, en la residencia está muy bien cuidada, allí la quiere todo el mundo. Es una mujer maravillosa… Yo la visito todas las semanas, me vienen a la cabeza todos los recuerdos vividos a su lado durante toda una vida, y no hay ni uno malo”.

Augusto, el hijo de Carmen, también habla con nosotros. No le gusta salir en los medios, pero somos amigos desde hace décadas y esta es una pequeña excepción: “Mi madre está muy tranquila, bien dentro de lo que cabe, desgraciadamente ya no reconoce a nadie desde hace tiempo, pero no se le ha ido la sonrisa de la cara. La visito con asiduidad, y en ocasiones llevo a mis hijos conmigo. Somos conscientes de la realidad, no queda más remedio”.

Carmen Sevilla fue considerada como “la novia de España”
Carmen Sevilla fue considerada como “la novia de España”larazon

Es un hijo ejemplar, quiere a su progenitora con locura y demuestra su inmenso cariño hacia la madre que ya no le reconoce. Evidentemente, la procesión va por dentro, no tiene ni una sola palabra relacionada con la pena, cuando entra en la habitación de la residencia todo es alegría… aunque Carmen no reconozca en el hombre que tiene delante a su hijo.