Pilar Alegría, peñista mayor de “La Chapuza”

Hay días en los que uno ve más redundancias de las habituales. Que en La Zaida, pueblo natal de la ministra, o en cualquier otro sitio, consideren risueña la Alegría (Pilar), me parece redundante. Que la portavoz del PSOE sea la pregonera de las fiestas de su pueblo, que vota masivamente socialista, es demasía e inutilidad, insistencia ante los convencidos. Pero también muy propio: ¿qué otra cosa hace una ministra portavoz más que pregonar todos los días y fiestas de guardar las virtudes, éxitos y aciertos del sanchismo? Es la pregonera por antonomasia, la que exalta sin pudor todas las posturas del partido, incluidas las de Él cuando baila la «Despechá» de Rosalía ante Mertxe Aizpurua y Pere Aragonès. Labor de extraordinario mérito político y actoral.

Ensalzó la Pilarica en su pregón a las charangas y las peñas. No se sabe si se refería subliminalmente a lo mucho que animan la pista central del circo los socios del Gobierno, o sea, Belarra, Díaz, Montero y Garzón, la peña morada. Ella es Peñista Mayor de «La Chapuza». Para toda una ministra de Educación y portavoz, para cualquier político en general o autoridad, aceptar tal título de tal peña puede ser definitorio y definitivo, casi lapidario, una coña de insospechado alcance, algo que sólo se puede entender por el sentido del humor jotero de la ministra y si después de ser nombrada y de pegarle al cariñena en porrón, se lanzó a la plaza a bailar «Paquito el chocolatero». Imagino que Cuca Gamarra utilizará el jugoso dato en las refriegas del Congreso a modo de pellizquito de monja.

Antes de entrar en política, Pilar fue sexadora de pollos, como Serrat antes de cantar. Experiencia que le resultará muy útil para asesorar al presi cuando éste decida reorganizar su alborotado gallinero.