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Anabel Pantoja, maternidad bajo el sol de Gran Canaria: "Estoy acostumbrada a pasar noches maravillosas"

La excolaboradora de televisión se aleja del foco mediático pero mantiene a sus seguidores al tanto de su nueva vida como madre primeriza

Anabel Pantoja en "Sálvame"
Anabel Pantoja Mediaset

Aunque ha optado por alejarse de la televisión, Anabel Pantoja no ha desaparecido del todo. Desde la terraza de su casa en Arguineguín, al sur de Gran Canaria, la sobrina de Isabel Pantoja comparte con su comunidad en redes esos momentos cotidianos que forman parte de su reciente maternidad. Y sí, hay noches difíciles, lavadoras tempranas y ojera incluida, pero también baños en la piscina y días que parecen sacados del verano.

Esta vez, la influencer ha querido mostrar el lado menos glamuroso de su día a día: una mala noche sin apenas descanso. "He pasado una noche que no me lo creo", contaba mientras caminaba por su terraza, móvil en mano y con el cielo azul de fondo. Sin maquillaje ni filtros, Anabel relataba que, a pesar de la falta de sueño, ya había puesto una lavadora, la había tendido y había empezado otra… todo antes de las nueve de la mañana.

Resignada

Con ese tono desenfadado que la caracteriza, intentaba quitarle dramatismo al asunto. "Estoy acostumbrada a pasar noches maravillosas", decía con una sonrisa resignada. Y es que, según ha contado, su hija -ya recuperada tras su ingreso hospitalario con apenas dos meses de vida- suele dormir bien. Pero incluso en las mejores rutinas, siempre hay una noche que rompe el patrón.

Anabel Pantoja y David Rodríguez con su hija en Sevilla
Anabel Pantoja y David Rodríguez con su hija en SevillaGtres

Lo bueno llegó después. "Hace un día espectacular, casi de verano", contaba, mientras mostraba cómo había preparado la piscina para lo que sería un momento especial: el primer baño de su hija. Entre risas y orgullo maternal, Anabel definía a la pequeña como "una sirenita", mientras compartía una imagen de un flotador amarillo sobre el agua.

El día lo pasaron entero en la terraza, ese rincón luminoso desde el que se divisa el océano. Allí, Anabel parece haber encontrado el equilibrio entre su vida pública y su faceta más íntima, sin necesidad de platós ni titulares escandalosos. Solo ella, su bebé y un verano eterno en Canarias.