La astronómica cifra que rechazó Silvia Bronchalo para hablar de su hijo Daniel en televisión

En todo el largo proceso judicial contra Daniel Sancho, su madre, Silvia Bronchalo, ha rechazado distintas ofertas económicas para que hablara sobre su hijo. Tan solo ha realizado cortas declaraciones a la agencia EFE y alguna frase suelta a los reporteros desplazados a Tailandia para cubrir todo lo relacionado con la muerte del cirujano colombiano Edwin Arrieta, en la que está involucrado, y condenado a cadena perpetua, Daniel.

Los rumores apuntan a que la mayor oferta recibida por la analista es la de una plataforma televisiva y asciende a doscientos cincuenta mil euros. Aunque la identidad de la productora se mantiene en secreto se especula con que podría ser la misma que ha rodado los documentales bajo el título genérico de “El caso Sancho”, del que ya se emitió en el pasado mes de abril un episodio cero. Quedan cuatro por salir a la luz, en los que Rodolfo Sancho, padre de Daniel, interviene activamente dando todo tipo de detalles sobre su opinión por la dramática historia que “protagoniza” su hijo, y valora las actuaciones judiciales y la condena final, a falta de los recursos pertinentes.

Mientras que Rodolfo ya ha regresado a España y se comunica con su vástago por videollamada tres veces al mes (es lo que le permiten las autoridades carcelarias), Silvia ha conseguido visitar personalmente cuatro veces en los últimos días.

Una fuente cercana a la familia nos revela que esas visitas están cargadas de emotividad, a pesar de que el preso no perdona a su madre que haya denunciado a su ex marido por presuntos malos tratos.

Daniel sigue, de momento, en la prisión de Surat Thani, donde comparte celda con otros catorce reclusos, trece de ellos asiáticos y uno europeo, exactamente un austriaco. Las condiciones son precarias, la comida escasa, y la limpieza inexistente. A pesar de ello, el nieto del recordado Sancho Gracia, según nos dice la fuente consultada, aguanta estoicamente una situación que para otros sería insostenible. La lectura y la meditación son sus mejores recursos para afrontar su trágico destino.