
Confesiones a Íker Jiménez
Carmen Lomana revela el caso paranormal que vivió tras la muerte de su marido: "Se acercó a mí"
La socialité contó en el programa de Iker Jiménez su experiencia haciendo una ouija

Carmen Lomana dejó a todos boquiabiertos en Cuarto Milenio. No era para menos. Su relato sobre experiencias paranormales tenía todos los ingredientes de una historia fascinante: misterio, emoción y un giro inesperado. Con la elegancia que la caracteriza, la colaboradora de LA RAZÓN desgranó momentos de su vida que desafiaron su propia lógica. Y lo hizo, como es ella, sin filtros.
La empresaria explicó que su primer contacto con lo sobrenatural ocurrió en Londres, cuando tenía apenas 20 años. En una noche que debía ser solo una travesura entre amigas, la Ouija se convirtió en protagonista. "Yo les dije que en mi casa ni hablar. No es que creyera mucho, pero me daba miedo que algo se quedara allí", confesó. Y como si fuera un presagio, la sesión tomó un giro inquietante cuando el vaso se movió con un mensaje claro: alguien debía irse. ¿La señalada? Ella.
La Ouija
Años después, el tablero volvió a cruzarse en su camino, esta vez en su casa de San Sebastián, con amigos y ya casada con el que sería el gran amor de su vida, Guillermo. Dudó en participar, pero terminó cediendo. La experiencia, sin embargo, fue radicalmente distinta. "Apareció una presencia que me conocía. Por los datos que dio, supe que era mi abuela Patrocinio, a quien nunca llegué a conocer", relató. Aquella noche empezó a creer que había algo de cierto en la existencia del "más allá" embró en ella una duda que jamás la abandonaría: ¿y si el más allá no era solo una leyenda?

Pero lo más impactante llegó cuando habló de Guillermo. Su relato, cargado de nostalgia, llevó a los espectadores a aquel fatídico día en que su marido sufrió un accidente. "Le vi guapísimo. Iba a una reunión, pero parecía que iba a una boda", recordó. Luego, la llamada que nadie quiere recibir: su esposo estaba en la UCI. Poco después, la confirmación de lo inevitable.
Lo desconcertante ocurrió días después del funeral. Una noche, en su casa de San Sebastián, Carmen despertó sobresaltada. Un golpe seco en mitad de la madrugada. Y entonces, una luz. "Era él. Guillermo. Su silueta, su energía", narró con la voz entrecortada. Se acercó a su cama. Carmen sintió una corriente eléctrica en los labios. "Creo que intentaba besarme", susurró. Pero el miedo pudo más. "Le dije: 'Guillermo, tengo miedo'. Y desapareció".
Carmen Lomana dejó claro que hay cosas que ni el dinero ni la lógica pueden explicar. Y que, a veces, el amor trasciende cualquier frontera, incluso la de la muerte.
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