Sanxenxo
Cristina Franze, la anfitriona brasileña de Don Juan Carlos
La discreta esposa de Pedro Campos desde 2017 se encarga de que el padre de Felipe VI se sienta como en casa
Don Juan Carlos se siente muy cómodo en Galicia. Las regatas organizadas por Pedro Campos en Sanxenxo han sido la excusa para sus viajes a España. Fue precisamente desde el aeropuerto de Vigo desde donde partió el 3 de agosto del 2020 con destino a los Emiratos. No se sabía cuánto tiempo iba a pasar en Abu Dab, pero sí quiso despedirse en ese viaje sin vuelta definitiva de su gran amigo Pedro Campos y de su mujer Cristina Franze. El presidente del club náutico y armador del barco Bribón 500 con el que navega Don Juan Carlos es su gran amigo, el que le ha sido leal mientras otros empresarios de renombre prefirieron dar un paso atrás.
La casa de Nanín del sobrino del que fue presidente de Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo se ha convertido desde hace cuatro años para el monarca jubilado en su lugar de referencia en España, una vez que el Palacio de la Zarzuela ya no es su residencia. Pedro y Cristina, más los compañeros de regatas, son un grupo compacto que nunca han necesitado las influencias de Don Juan Carlos. Todos ellos tienen su vida cómoda mucho antes de que el exjefe del Estado llegara a sus vidas.
De la mano del presidente del Club Náutico, Don Juan Carlos retomó su actividad tras una etapa complicada de salud, con operaciones quirúrgicas y posteriores rehabilitaciones. La propuesta que le hizo el empresario hace ya varios años fue aceptada y, desde ese momento, el Rey jubilado y Campos forman un buen equipo al que se unió Cristina, una mujer que prefiere mantener la discreción. Pocas veces hay imágenes suyas junto al navegante Borbón.
Nunca se ha escondido, pero tampoco se ha expuesto y cada vez que hay una entrega de premios en el naútico, ya sea con la presencia real o sin ella, es poco visible. Otra cosa es en la intimidad, cuando no hay cámaras o, si las hay, procura evitarlas. Una de las pocas veces que se ha podido referenciar su presencia fue en mayo pasado en una cena organizada en el club que preside Campos. Esa noche el interés estaba en la Infanta Elena y en la sobrina Cristina de Borbón Dos Sicilias, que acompañaban a Don Juan Carlos. Y la siguiente ocasión fue en otra salida a la marisquería Ribadomar, en Cambados, donde Cristina tampoco quiso visibilidad.
Segundo Plano
Muy poco se sabe de ella y la primera referencia que tuvimos los periodistas fue en la primera visita de Don Juan Carlos a Sanxenxo. Al desembarcar del avión y a pie de pista le esperaba su hija la Infanta Elena y un grupo de gente. Se reconocía a Pedro Campos, pero nada se sabía de la mujer rubia que formaba parte del recibimiento en el aeropuerto de Vigo. Se trataba de Cristina Franze, casada desde 2017 con el armador, ya separado de Begoña Gil de Barroeta, madre de sus dos hijas.
Como curiosidad, hay que señalar que Don Juan Carlos asistió a la boda que, aunque no fue multitudinaria, sí contó con la presencia de empresarios de la zona. Entonces era una desconocida para la prensa de fuera, pero no para los periodistas locales ni para el mundo de las regatas. «Cristina siempre va con Pedro a todas partes, aunque prefiere mantenerse en un segundo plano. Es muy agradable y no le gusta llamar la atención. Ella se encarga de todo en la casa y de que el rey esté cómodo» cuentan los que tratan habitualmente al amigo de Don Juan Carlos. De profesión terapeuta y astróloga, su especialidad son los análisis junguianos. Se trata, según explican expertos, de «un proceso profundo de autoconocimiento basado en la exploración del inconsciente, según la teoría y método desarrollado por Carl G. Jung (1875-1961), médico y psicólogo suizo. Su objetivo es llegar a ser la persona que uno es».
A partir de esas primeras imágenes de recibimiento, se supo que su perfil era conocido en los ambientes del club Naútico, primero como pareja habitual de Campos y después ya como matrimonio. Nació en Brasil hace cuarenta y cuatro años. Cuentan los que conocen la historia, que se vieron por primera vez en un avión y que a partir de ahí se hicieron inseparables. «Es una persona muy agradable, muy espiritual y con muy buen humor. No le gusta figurar. Con Pedro forma un buen equipo». Durante un tiempo, tuvo su perfil cerrado en las redes sociales, pero lo abrió y en él se pueden ver comentarios de los diferentes signos del zodíaco y muy pocas imágenes de su vida privada.
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