Listo para la acción
La incomprensible petición de Daniel Sancho en su nueva prisión: ¿no tiene miedo?
El condenado por el asesinato de Edwin Arrieta ya está en Surat Thani, una de las cárceles más peligrosas del mundo. Él se siente como en casa
Daniel Sancho confiaba en que sus abogados le sacarían del embrollo en el que se había metido en Tailandia, cuando el pasado 2 de agosto de 2023 asesinó y descuartizó a su amigo, Edwin Arrieta. Él tiene una versión de los hechos que le exculpa de cualquier responsabilidad de lo sucedido aquella fatídica jornada en la que discutieron, se pelearon y el cirujano colombiano terminó cortado en distintas partes y repartido por la isla tailandesa a la que acudió al encuentro de su también amante y socio en los negocios. El juez no ha creído esta versión, dando por ciertas las pruebas que mantenían la premeditación del crimen, lo que ha determinado que sea condenado a cadena perpetua, pero librándose de una pena de muerte que le rondaba, pero su colaboración inicial con la justicia le ha salvado la vida. En parte. Y es que ahora deberá pasar sus días en una cárcel de máxima seguridad de Tailandia, en una de las más peligrosas del mundo, en condiciones infrahumanas y sin alimento e higiene necesarios. Ante estas delicadísimas circunstancias, ha sorprendido mucho la última decisión del joven chef días después de instalarse en la prisión de Surat Thani, su nuevo hogar.
La rutina de Daniel Sancho en esta prisión de máxima seguridad dista mucho de la disfrutada en Koh Samui. Ya no goza de atenciones especiales en un centro penitenciario donde se cuidaba incluso su salud mental. Ahora ocupará una celda de cuatro metros cuadrados, que compartirá junto a una treintena de presos con condenas superiores a los 25 años y con delitos de sangre en su temido historial. Luchará por conseguir algo de comida, un sitio donde dormir o mantenerse aseado, estando las violaciones y las peleas a la orden del día. Pero el hijo de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchaloha demostrado una fortaleza inusual, al menos sí en su última decisión, al solicitar agilizar el proceso de ingreso en su módulo para comenzar a ‘disfrutar’ de las nuevas condiciones de vida lo antes posible. Pocos comprenden lo que está haciendo y cómo parece ansioso por conocer a sus nuevos compañeros de celda.
Nada más conocerse la sentencia del juez que le anunciaba toda una vida a la sombra, el recluso fue trasladado a Surat Thani. Un difícil viaje por tierra, mar y de nuevo tierra, que sus abogados conocieron con horas de antelación, pudiendo avisar a los padres para que pudiesen despedirse de él. Y es que después estarían un tiempo sin poder verle, pues permanecería en proceso de cuarentena en su nuevo centro, para asegurar su adaptación y también proteger al resto de 5.000 presos ante posibles enfermedades del exterior, como si ya no tuviesen suficiente con las que reinan entre sus celdas. En los primeros días, Daniel Sancho ha permanecido en módulo 6 de aislamiento, más afable con los nuevos que el resto de dependencias penitenciarias. Lo hace con otros 20 presos, entre ellos un austriaco, con los que estaría las primeras semanas adaptándose a las nuevas condiciones y aprender las rígidas normas que imperan aquí, más severas que las disfrutadas en Koh Samui.
Pero Daniel Sancho no está conforme con este procedimiento que le hace estar en el limbo durante unas semanas, por su condición de “novato”. No quiere estar aislado del resto de presos, aunque esto sea una facilidad que ofrece el centro para ayudar a los nuevos ingresos a tomar conciencia de cómo será su vida a partir de ese instante. Él no quiere, principalmente porque hasta que no esté en su módulo definitivo no podrá practicar deporte y realizar tareas y actividades con las que mantener la mente ocupada. Tampoco afianzar y estrechar lazos con otros presos con los que establecer alianzas de cara a futuros problemas, que los habrá, ya sea por la comida, su popularidad o su atractivo. Es por eso que el joven ha pedido a la dirección del centro que agilice el proceso en su caso, que no le tengan tanto en espera y le lleven directamente donde está la acción, a pesar de los peligros que esto entraña. Y es que él se ve preparado para su condena perpetua, entendiendo lo vivido en su anterior prisión como un entrenamiento para lo que está por venir.
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