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Entrevista

Isabel Gemio confiesa su infierno en el hospital con su hijo este verano

Su hijo Gustavo tiene 28 años y los médicos le dieron una esperanza de vida de 15 años. Tiene distrofia muscular de Duchenne y este verano ha sido duro

Isabel Gemio en una imagen de archivo Gtres

Isabel Gemio está de regreso a las ondas, redescubriendo su pasión por la radio, al tomar el mando de ‘El último tren’, su programa nocturno en RNE. Está emocionada con este nuevo reto profesional, para el que lleva ya varias semanas preparándose, aunque entre medias ha estado muy ocupada. Este verano ha sido especialmente intenso para ella y no solo por haber compaginado sus vacaciones con la preparación de su vuelta a la primera línea de batalla. También por sus constantes visitas al hospital, ante los problemas de salud de su hijo mayor.

Gustavo ha cumplido ya los 28 años, lo que para muchos ha sido una sorpresa. Al menos atendiendo a las declaraciones de su propia madre, que en defensa de los intereses de los enfermos con distrofia muscular de Duchenne. Se trata de una enfermedad rara que le fue diagnosticado cuando era pequeño y cuya esperanza de vida no superaba los 15 años. Él está a punto de doblar la meta que le habían fijado en su camino, aunque lo haga teniendo que acudir con regularidad a un hospital junto a su madre. Sobre esto se ha confesado.

Isabel Gemio, un verano entre médicos

Esta enfermedad que aqueja el hijo mayor de Isabel Gemio le dificulta en su día a día, además de suponer una problemática a su salud general. Tiene que confiar continuamente en el consejo médico, a los que recurre con regularidad cada vez que su estado se resiente por uno u otro motivo. Algo que este verano se ha intensificado, obligando a su madre a acudir al hospital: “En veranito hemos estado un poquito así. El mayor ha estado ingresado unos días”, confiesa la locutora a ‘Europa Press’ en la presentación de su nuevo programa radiofónico.

Isabel Gemio junto a sus hijosGtres

Aun así, Isabel Gemio no quiere centrar la atención en la enfermedad de su hijo, aunque se ha propuesto en infinidad de ocasiones dar visibilidad a su mal y así ayudar a otras muchas familias con su ejemplo: “Son cosas que pasan y las madres y las familias que tienen estos enfermos en casa saben que es muy habitual pasar días en un hospital”, trata de dar normalidad a su situación. Para ella lo importante es “estar ahí, no queda otra”. Y es que, por fortuna, sus últimas visitas a un centro de salud han terminado con buenas noticias: “Ya está todo bien”.

Isabel Gemio tiene claro que “mis hijos son lo más importante, pero yo nunca he renunciado a nada. No me he sentido culpable por estar fuera haciendo cosas. Lo que realmente me rompe es que mis hijos sufran”, decía a principios de año en un acto de su fundación. Ahí narró cómo la vida para su hijo dio un giro radical cuando era pequeño y fue diagnosticado con distrofia muscular de Duchenne: “Era un niño feliz y aparentemente sano. Sus músculos nunca le permitieron correr ni jugar al fútbol, y a los 12 años ya necesitó una silla de ruedas. A los 14 años ya no podía abrazarnos. Es una enfermedad degenerativa e incapacitante, por lo que hoy necesita ayuda y estar acompañado las 24 horas del día”.