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Malú y Albert Rivera: una vida llena de secretos y altibajos profesionales

Una de las empresas de la cantante va en caída libre desde que la mediática pareja comenzó su relación en 2019

Malú y Rivera abandonan el hospital tras el nacimiento de Lucía
Malú y Rivera

«Malú y Albert Rivera han roto». «Malú y Albert Rivera siguen juntos». Son los dos titulares que más se han repetido en los últimos meses al respecto de la pareja. Ellos, por su parte, ni una sola palabra, ni para confirmar ni para desmentir la noticia. La discreción ha sido el leit motiv en su relación y ahora no iba a ser menos, según indican personas de su entorno a este medio.

Malú retoma en junio su carrera artística con una mini gira de conciertos, nada que ver con las giras de antaño con hasta treinta fechas por toda la geografía española. Este verano, la hija de Pepe de Lucía, sólo tiene cinco conciertos programados que la llevarán de Azuqueca de Henares a Sitges, pasando por el festival Starlite de Marbella. Ha pasado un año y medio desde que sacó su último disco, «Mil Batallas», y vive de la música pero no por y para ella, como antes. Su orden de prioridades ha cambiado y en eso tiene mucho que ver su hija, Lucía. La artista vive una existencia tranquila en el chalet que ocupa en una urbanización a las afueras de Aravaca y no necesita más. Atrás quedaron los tiempos en que era perseguida en los inicios de su relación. Su historia de amor con Albert Rivera se fraguó en la casa que la artista tenía muy cerca del centro comercial Sexta Avenida. Allí, un ávido paparazzo consiguió destapar la relación después de semanas de guardia en el domicilio, donde consiguió fotografiar el coche del entonces político entrando y saliendo de la casa de la artista. No fue capaz de captar una sola foto de ellos juntos en la calle. En este caso, parece que fue el político quien se mimetizó con la vida casi ermitaña de la cantante. Sus relaciones anteriores con otros hombres como Gonzalo Miró o Antonio Velázquez siguieron siempre el mismo patrón, como cuenta uno de los paparazzi que la seguía de cerca en aquella época. «Días y días de guardia, en los que no sabías ni si quiera si estaba en casa. Vivía con las persianas de la casa bajadas. Si acaso la veías, de tarde en tarde, era paseando al perro. Nada más», apunta.

Discrección máxima

Así las cosas no es de extrañar que el hermetismo haya sido la máxima de la pareja desde el principio de su relación. Entre otras cosas, cuentan, porque Rivera intentaba mantener su vida aparcada al margen de la política por miedo a que pudiera perjudicarle. Sólo una gastroenteritis aguda, en julio de 2019, hizo que la pareja cambiara de opinión. Rivera ingresó de urgencias en el Hospital Universitario HM Puerta del Sur, de Móstoles, teniendo que ser ingresado dos días por un cuadro severo de deshidratación. Rivera abandonó el hospital junto a su pareja Malú, confirmando lo que a esas alturas era un secreto a gritos. Una excepción que solamente se volvería a repetir otra vez, con el nacimiento de su hija, Lucía, en junio de 2020, cuando la pareja posó a las puertas de la clínica.

Malú
Malúsony

Desde entonces, Malú y Albert Rivera se han encargado de cerrar las puertas a su relación. Las revistas de cuore, han dado testimonio en estos cuatro años de relación de algún paseo en pareja, y alguna comida familiar, algo que se cortó por lo sano cuando los protagonistas decidieron enviar un burofax solicitando amablemente a las revistas no volver a ser blanco de sus reportajes. Algo que hizo que la pareja perdiera interés para los reporteros y también para los medios, que normalmente tienden a evitar el enfrentamiento con personajes que amenazan con demandas, más aún cuando hay menores de por medio. De ahí que en los últimos tiempos sea difícil saber si siguen o no juntos.

Algunos han querido buscar evidencias en sus redes sociales, asegurando como prueba irrefutable de su ruptura el hecho de que Malú había dejado de seguir a Rivera en su Instagram; lo cierto es que nunca le había seguido. Otra muestra: una cita del ex político para dar una charla en la que charló amigablemente con varias jóvenes, fue utilizada como una prueba irrefutable de su separación.

El expresidente de Ciudadanos, Albert Rivera
El expresidente de Ciudadanos, Albert RiveraJAVIER BELVERAgencia EFE

Mientras, Malú y Rivera ni confirman ni desmienten, simplemente callan. Realidad o no su ruptura, lo que es cierto es que la cantante no atraviesa tampoco su mejor momento profesional. Su empresa Aprendiz y Canciones SL, acumula años de malos datos, que han llegado a su cenit en el último ejercicio. En 2021 Malú facturó 62.000 euros y declaró pérdidas de 93.600 euros. La empresa, en la que Malú tiene el 99 por ciento de las acciones y su madre, Josefa, el un por ciento. La empresa está de capa caída desde 2019, curiosamente cuando comenzó su relación. Una caída en sus ingresos que ha tocado fondo en el último año. ¿Será sintomático?