Buena relación
Las palabras de Ana Obregón sobre el Rey Juan Carlos que no han pasado inadvertidas
La actriz y presentadora sorprende a Sonsoles Ónega con unas palabras llenas de ternura y comprensión hacia el monarca

En el plató de "Y ahora Sonsoles", la tarde transcurría con la serenidad habitual hasta que Ana Obregón tomó la palabra. La actriz, siempre elegante y visceral, habló del Rey Juan Carlos I con un tono que desarmó incluso a Sonsoles Ónega. Sus declaraciones, teñidas de afecto y melancolía, resonaron como una carta de comprensión hacia un hombre que, desde su exilio dorado en Abu Dabi, prepara su gran regreso mediático: la publicación de sus memorias, "Reconciliación".
No es un secreto que Ana Obregón ha mantenido una relación cercana con la Familia Real española. Monárquica confesa -"juancarlista", como ella misma se definió en 2014-, su vínculo con los Borbón se afianzó además por la conexión familiar que tuvo su hijo Aless con ellos. Esa cercanía, unida a una larga historia de respeto y cariño, explica el tono casi familiar con el que Ana habló del Rey emérito.
"Yo le tengo cariño porque me ha ayudado en momentos muy difíciles", confesó sin rodeos, evocando un apoyo personal que pocos conocían. En su mirada no había condescendencia, sino empatía. "Le veo como un abuelo que quiere ver a su hijo, que quiere ver a sus nietas, y sabe que le queda poco tiempo de vida", añadió con una sinceridad que conmovió incluso a Sonsoles Ónega, que la escuchaba en silencio, visiblemente emocionada.

Las palabras de Obregón llegaban justo cuando los primeros extractos de las memorias del Rey comenzaban a circular por Europa. En ellas, Don Juan Carlos trata de explicar su marcha a los Emiratos Árabes en 2020, asegurando que fue "voluntaria", motivada por su deseo de “no obstaculizar el buen funcionamiento de la Corona ni a su hijo en el ejercicio de sus funciones soberanas". El monarca, en un tono más íntimo de lo habitual, también lanza una reflexión casi existencial: "Di libertad a los españoles al establecer la democracia, pero nunca pude disfrutar de esa libertad para mí".
Sin embargo, las frases que más revuelo han causado son las dirigidas a su familia. A Felipe VI, un reproche cargado de tristeza: "Mi hijo me dio la espalda por sentido del deber... pero sufrí su insensibilidad". Y a su nieta Leonor, una advertencia con ternura: "Que cumpla con su deber con simpatía y benevolencia, que sea garante del respeto a la Constitución".
Ana Obregón, que ya espera con impaciencia la publicación del libro -el 5 de noviembre en Francia y el 3 de diciembre en España-, interpretó esas líneas desde la emoción más humana. "Es una persona ya mayor y está en su derecho. No es un abuelo norma", aseguró, refiriéndose al deseo del Rey de dejar su versión de la historia antes de que el tiempo se le escape de las manos.
Entre titulares y juicios públicos, la voz de Ana sonó como un raro acto de ternura. En un país acostumbrado al ruido y a las grietas institucionales, sus palabras recordaron que, detrás del monarca y del mito, hay un hombre que busca reconciliarse con su pasado… y una actriz que, desde la empatía y la memoria, se atrevió a defenderlo sin reservas.

 
	                 
	                