Amor
Paloma Cuevas: el porqué (secreto) de su «no» a una boda con Luis Miguel
Hablamos con el círculo de la exmujer de Enrique Ponce y averiguámos por qué está feliz sin pasar por el altar
«Que digan que digan hasta que me bendigan…», decía la gran Chabela Vargas y eso es exactamente lo que piensa Paloma Cuevas de todos los dimes y diretes acerca de su noviazgo con el llamado Sol de México. La última bomba mediática es que que Luis Miguel le ha pedido matrimonio y ella le ha dicho que no. ¿Y ustedes se lo creen? ¿Piensan que si tal petición hubiese existido, nosotros nos hubiéramos enterado? Créanme que conociendo a Paloma Cuevas, que es la discreción en persona, jamás de los jamases habría presumido de tal hazaña.
Es más, les digo que por mucho que a Luis Miguel le apetezca casarse con la diseñadora, no se lanzaría nunca a pedirle matrimonio porque ella ya está casada con Enrique Ponce. «¡Qué va!», me decía ayer mi vecina, «si ya se divorció del torero. Es más, firmaron los papeles y han hecho hasta separación patrimonial», me zanjó incrédula ante mi pregunta.
Sí, si mi vecina tiene toda la razón, Paloma es ya una mujer divorciada, pero ella se casó ante Dios, enamorada de su ya ex marido, dándolo todo durante más de dos décadas de matrimonio y además, fruto de ese amor, nacieron dos hijas muy deseadas.
Paloma es una mujer religiosa y muy coherente con sus ideas y no la veo pidiendo la nulidad eclesiástica. Después de tantos años de atadura, lo que quiere la guapísima española es disfrutar. Sigue haciéndose cargo de sus padres que son mayores, de sus hijas que están en plena adolescencia y de la cantidad de amigos que la rodean y que siempre han estado pendiente de ella en las duras y en las maduras.
Me cuentan que esta en todo y no se le escapa una. Felicita en los aniversarios, se preocupa de la salud de familiares de sus amigas, envía notas de agradecimiento a sus conocidos. Tiene muchísimos detalles. No está en una ola de pasión, ajena a todo. Me consta que después de lo que ha sufrido con todos los feos y desprecios de su ya ex marido , ahora es inmensamente feliz y por fin tiene la autoestima en todo lo alto que ya le tocaba.
La nulidad eclesiástica
La verdadera torera ha sido ella y es que de casta le viene al galgo, porque ha lidiado con elegancia y maestría todos los desaires y provocaciones que ha sufrido del otrora torero. Gocé con las fotos en portada de su revista de cabecera subiendo al avión privado de su potente amado, enfundada en unos pantalones de cuero estrechos y pisando fuerte con sus Jimmy Choo de quince centímetros con plataforma incluida. Palomita está radiante y disfrutando del noviazgo como una adolescente . ¿Qué necesidad tiene de casarse por lo civil y formalizar algo con papeles que ella no necesita? Ninguna necesidad señores, porque ella ya no tiene que demostrar nada a nadie.
Pero no está todo perdido para Luis Miguel y la solución posible para casarse con su amada es que el ex torero pida la nulidad. Para obtener una nulidad eclesiástica es necesario no sólo alegar una causa sino probar la misma. Por eso, antes de interponer la demanda, el abogado (que deberá ser experto en derecho eclesiástico y habilitado para ello) y el solicitante deberán valorar conjuntamente la mejor causa o causas que se puedan alegar para obtener la nulidad.
Las causas que se pueden alegar para instar una nulidad matrimonial son «numerus clausus» y se encuentran tasadas en el Código de Derecho Canónico siendo las mismas las siguientes: Naturaleza psíquica, por simulación del matrimonio, por error, dolo o ignorancia, por haber sido bajo condición la boda, por violencia o miedo grave, por impedimento no se pudo dispensar o que siendo indispensable no se obtuvo la dispensa (...) Y el tribunal eclesiástico tendría la ultima palabra. Un paso que, de momento, Paloma no está dispuesta a dar, por mucho anillo joya que luzca en sus dedos. Pero, al tiempo.
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