
Otras devociones
La pasión americana de Belén Esteban lejos del misticismo de la Semana Santa
La popular colaboradora de televisión se ha reencontrado con su hija Andrea

Nada de rezos, procesiones, misticismos ni culto religioso. Belén Estebanse aleja de la Semana Santa tradicional para vivir su pasión particular en los Estados Unidos. Esa pasión que le conduce de lleno a su hija Andrea, que vive y trabaja en Los Ángeles.
La exprincesa del pueblo ha disfrutado en estos días de un apretado viaje por la ciudad angelina y Las Vegas, acompañada de su marido Miguel.
El próximo día 22 de abril, la de San Blas comenzará su nueva aventura televisiva con el programa de TVE, "La familia de la tele", en el que coincidirá con muchos de sus antiguos compañeros del desaparecido "Sálvame", entre ellos, María Patiño, Chelo García Cortés, Kiko Matamoros o Víctor Sandoval.

La cadena pública apuesta por romper con la política "blanca" de siempre para apostar por contenidos más "agresivos" con personajes que destilan una cierta polémica.
Belén es el máximo exponente de esa filosofía del encontronazo gratuito y las meteduras de pata.
Miguel, su contrapunto
Miguel es el contrapunto, su seriedad contrasta con las salidas de tono de su esposa, es un hombre que inspira confianza, que pone cordura en la vida familiar y que huye de todo protagonismo, resignándose a permanecer siempre en un segundo plano.

Andrea ha encontrado en él al padre ausente, a ese Jesulín de Ubrique que se vuelca con el resto de sus hijos y se "olvida" de su primogénita.
Aquella Andreíta que no se comía el pollo es hoy una mujer inteligente, trabajadora y muy valorada en el mundo de los medios de comunicación. Buena estudiante, mejor hija, ejemplo de discreción, lleva toda su vida alejada del mundo mediático.
El reencuentro entre madre e hija en Los Ángeles, según nos cuentan desde el entorno de la Esteban, fue muy emotivo. Belén adora a su única hija, es su madre, si, pero también su amiga y confidente. Y lleva mal el distanciamiento geográfico, pero respeta y aplaude el anonimato de Andrea.
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