
Entrevista
Pino Montesdeoca, modelo: "Quiero que en las sesiones salga mi brazo flácido"
En plena promoción de su libro, habla de su modelo de belleza, de su fobia al bisturí y de su nueva vida a los 62 años

Convertida en un referente en la moda con 62 años, llama a no someterse a la «esclavitud estética» en su biografía «La edad es un número. La actitud lo es todo». A algunas maniquís las descubren en plena lozanía en una playa brasileña de Ipanema. A Pino Montesdeoca (Gran Canaria, 1962) fueron su hija y su yerno los que la animaron a vivir de la moda pasados los 50, tras haber estado al borde de la muerte. Hoy, a punto de cumplir 63, esta cautivadora canaria, de pelo plateado, 165 cm de altura y las huellas de la edad en su rostro, es un referente en nuestras pasarelas, además de trabajar como actriz. Inconformista, coherente y concienciada, ha desnudado su biografía en «La edad es un número. La actitud lo es todo» (La Esfera de los libros), un relato de una mujer inspiradora con una firme creencia: «Lo bello es lo que tiene capacidad de conmover, seas o no joven».
«Trabajo porque soy vieja, lo contrario que le pasa a todo el mundo». ¿Cómo le ha dado la vuelta al edadismo?
Es que no tenía ni idea de que eso era raro, lo más normal del mundo es hacerse más mayor. El edadismo sé que está ahí, pero no lo veía como algo mío, tenemos tantas cosas aprendidas: como tienes que vestir, cómo tienes que comportarte a una edad…Yo solo tengo un sueño, ojalá las tonterías que vamos haciendo algunas mujeres lleven a que no sea noticiable, que cuando cambies de trabajo tu edad cuente igual que dónde vives. Y también recordar que una mujer hoy con 60 años no es una mujer con achaques, como esa idea que se tenía antaño.
Su biografía llama a no someterse a «la esclavitud estética» y asegura no cambiaría ninguna de sus arrugas. ¿Eso es valentía, rebeldía u originalidad?
Se llama ser realista. Todo el mundo dice que las arrugas son el mapa de tu vida, ahí se ven las alegrías, las penas, la excitación… La tecnología que ayuda a la piel me parece bien lo que no estoy de acuerdo es que no puedas aceptar el paso de tiempo. No estoy en contra de los arreglitos, pero no puedes parecer una niña de 20 siempre.
Pero en la moda o el celuloide hay más ejemplos de mujeres como Demi Moore que como Hellen Mirren...
Exacto. Porque nuestra cabeza nos dice «qué bien esta señora mayor, qué bien actúa», pero olvidamos que seguimos siendo mujeres en diferentes etapas, y cuando una no está como la sociedad espera se nos dice: «Esta mujer se descuidó». Eso hay que pararlo.
Ha sido profesora en Suecia, ha vivido con su marido y sus dos hijas en los Balcanes, en Las Bahamas.. .Y a los 53 debuta en la moda. ¿Cómo fue esa primera vez y cómo es esta nueva vida?
Todo empezó a fluir muy rápido y al principio me sentí un poco intrusa. Luego pensé que si me seguían llamado era por algo. Empiezo a ser consciente de lo que estoy haciendo cuando la gente me habla por las redes y veo que tengo influencia en otros. Cuando hago una sesión de fotos quiero que salga mi brazo flácido y espero que un día veamos que eso es bonito también.
"Una vez me hice radiofrecuencia en la cara y me vi bien tres días. Es un poco pasteleo"
Nueve años después es elegida mejor modelo de la Fashion Week de Madrid 2024. ¿Por qué cree que le han otorgado este reconocimiento?
Pues yo misma les dije: «¿Por qué a mí?». Me contestaron: «Te hemos visto crecer aquí, eres profesional, nunca dices no y estás dando una gran imagen de la mujer». No puedo hacer el mismo espectáculo que Elle MacPherson, para defender el trabajo de un diseñador tengo que llevarlo a mi terreno, y es me lo permiten Isabel Sanchís o Pablo Erroz. Además, lo que me pongo se suele vender más porque piensan «si le queda bien a esta señora, a mí también».
¿Qué aporta a las nuevas generaciones y qué aprende?
Aporto esperanza y aprendo estar al día en todo. Aprendo a abrirme y a dejar ser tan rígida.
Por no cambiar, no se tiñe ni el pelo. De las ayudas estéticas, ¿cuáles son sus líneas rojas y con cuáles se mima?
Me gustan los masajes faciales y una vez me hice una radiofrecuencia. Me vi mejor tres días. Es un poco pasteleo. Si llega una inyección o una pastilla que me haga estar luminosa y me quite el colgajo del pellejo, lo hago, pero me niego a retocarme en quirófano.

Perdió al amor de su vida hace casi tres años. Llevaban juntos desde que tenía 17. ¿Echa de menos tener una pareja o solo a él?
A él, al espacio enorme que ocupaba… Es que no tengo recuerdos sin él. Yo hablo con él por la mañana y le escribo. Está conmigo. Mi hija me dice que tengo que abrirme al tema pero ya no quiero más parejas.
¿Cómo es posar en ropa interior para una mujer de 60?
Pues imagínatelo (risas). Aquel día que posé había más chicas y se ponían algo encima para taparse: el bolso o lo que sea. Yo era la que tenía el cuerpo más de mi edad y al final me solté. Lo que me preocupa es que le estamos diciendo a la gente joven que envejecer es lo peor del mundo, y eso pasa si me yo me avergüenzo del paso de los años.
No le impactan ni la belleza ni la fama. Pero ha conocido a mucho guapo y mucho famoso. ¿Alguno le ha llamado la atención?
La primera vez que vi a la modelo Elle MacPherson me impactó por su rollo. Iba descalza, con un bikini y un pareo chiquitito, con el pelo suelto y desordenado… En hombres me impactan otras cosas más allá. Sin embargo, otros como el actor Sean Penn, me transmiten mucho más.
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