Polémica

La próxima Met Gala, en el punto de mira: coladero de multimillonarios arrogantes y toque español

Otrora fue el evento más exclusivo de Nueva York. Ahora es un coladero de ricos ávidos de focos, como Jeff Bezos y su mujer, Lauren Sánchez, "invitados" de honor de la siguiente edición

Jeff Bezos y Lauren Sánchez
Jeff Bezos y Lauren SánchezGtres

La Met Gala se ha afianzado como el gran acontecimiento social del calendario global, esa noche en la que moda, cultura y celebridad se funden hasta convertirse en un único lenguaje. Para quien aspire a coronarse como superestrella, la aparición en la escalinata del Metropolitan Museum de Nueva York es una consagración tácita, casi un rito que abre las puertas de la élite pop. El evento funciona como termómetro de influencia, donde cada gesto se lee como una declaración de intenciones.

Una exhibición de poder y popularidad que, aun así, se expresa bajo un barniz de sofisticación que veta excesos y gestos grotescos. No es un escenario para bravucones ni oligarcas con puro en mano, sino para artistas, modelos, actores y cantantes que entienden que la extravagancia puede ser refinamiento cuando se ejecuta con precisión. La Met Gala celebra la imaginación, la teatralidad medida y esa capacidad de convertir la moda en un relato cultural.

Durante años, Anna Wintour, hasta hace poco editora jefe de “Vogue”, vigiló cada nombre de la lista de invitados con la misma devoción con la que dictaba los mandamientos de su revista. Ni siquiera los casi 75.000 dólares que cuesta la gala eran garantía de acceso: ser rico nunca fue suficiente para obtener el privilegio de adentrarse en la cita más exclusiva de la ciudad de los rascacielos.

Pero desde ediciones pasadas se venía oliendo un cambio que ahora se confirma. Jeff Bezos y su mujer, Lauren Sánchez, figuran en el comunicado oficial del museo como una suerte de mecenas que, junto a “sponsors” como Saint Laurent y Condé Nast, hacen posible la próxima Met Gala y la exposición asociada.

Lauren Sánchez y Jeff Bezos en la recta final de su boda.
Lauren Sánchez y Jeff Bezos en la recta final de su boda.Gtres

Conviene recordar que la gala es, en realidad, el altavoz que anuncia la apertura de la gran muestra de primavera del Met Costume Centre. En 2026, la edición girará en torno a “Costume Art”, con un vestido del español Mariano Fortuny y Madrazo como pieza emblema, y servirá además para inaugurar unas renovadas galerías que superan los mil metros cuadrados.

Sin la generosa inyección de capital de Bezos y otros patrocinadores, poco de esto habría sido viable. El resultado es que el CEO de Amazon y su esposa desfilarán por la alfombra roja junto al firmamento social a golpe de talonario. En su momento ya se rumoreó que Bezos quiso comprar Vogue USA como regalo para su mujer, periodista. No se materializó aquel capricho, pero este último movimiento deja clara su ambición de codearse con lo más selecto de la élite neoyorquina y formar parte del inevitable “place to be” en que se convierte la Met Gala cada año.

El anuncio ha tomado por sorpresa a los más fieles a la esencia original del evento, quienes temen que la presencia de la pareja pueda empañar la elegancia impecable que se atribuye a la gala y arrastrarla hacia un espectáculo de opulencia similar al de su sonada boda en Venecia. Algunos incluso sostienen que Anna Wintour jamás habría permitido semejante desliz en la lista de invitados. Pero desde que dio un paso atrás y Chloe Malle está al frente de la revista, su voz parece haberse vuelto más tenue.