Opinión

Los sábados de Lomana: Dinamitar la Constitución

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro SánchezBiel AliñoAgencia EFE

Estamos viendo cómo se desmorona el Estado de Derecho, cómo se dictan leyes a medida de los amigos del Gobierno que malversan. Por decir algo que suene mejor que robar el dinero de los contribuyentes para «hacer de su capa un sayo», gastárselo en fiestas, comilonas, viajes, prebendas a sus amigotes; y con las ayudas de Europa para los ERES, como dijo el chófer de uno de estos señores que vivían del cuento, gastárselo en putas y coca… Todo muy ejemplarizante. Ahora, se han sacado una cantinela para modificar las leyes diciendo que si no se han enriquecido ellos personalmente (algo que deberíamos comprobar), ya no es delito tirar y derrochar el dinero de los demás que les habían confiado a Griñán y Chaves, para ayudar y formar gente en paro. Mirar hacia otro lado y dejar hacer como si fuesen unos perfectos idiotas no es delito. Pobrecitos, ¿cómo van a ir a la cárcel? ¡A la cárcel va un pobre diablo al que pillan robando un jamón o vendiendo una china de hachís, pero los políticos corruptos de izquierdas, no! ¡Hasta ahí podíamos llegar! Si hay que cambiar la ley, se cambia, y asunto terminado. Que los enemigos de España dan un golpe de Estado utilizando fondos del Estado para financiarse, ¡eso es como jugar! «Pelillos a la mar»… que estos chicos no son sediciosos, solo son un poco rebeldes, así que quitamos de un plumazo del Código Civil el delito de sedición y asunto terminado. Ahora puede volver el cobarde traidor que fuera en su día presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que salió corriendo como rata de alcantarilla dejando tirados a sus compañeros golpistas. Vivimos surrealismo puro. Las calles llenándose de violadores gracias a la ministra de Igualdad y su «sí es sí». Pues sí, ya ha vuelto usted a hacernos daño a las mujeres, especialmente a las que han sufrido abusos y ahora ven a su verdugo paseándose delante de su casa. Dimitir y pedir perdón, no son palabras que existan en su diccionario de vida. Su vida es un abuso de poder continuo, una incapacidad para gestionar como nunca se había visto. Ha batido récords de ignorancia y desfachatez. Solo le pido que nos deje vivir tranquilas a las mujeres y se deje de tanto postureo que a nada conduce.

Si creíamos que lo habíamos visto todo, no es así. Están despenalizando los delitos y haciendo unas leyes a favor de los delincuentes, amenazando con meter en la cárcel a los jueces que no cumplan con lo que ellos indican. Dictadura bolivariana que espanta. Eso es lo que tenemos en este momento. Sánchez dijo que iba a por todas y lo está cumpliendo.

Ley del aborto, Ley Trans... mucha prisa por quitarse las leyes incómodas rápidamente que han propuesto sus socios de Podemos. Su estrategia es polarizar al máximo la sociedad española y dividirla radicalmente.

Estamos asistiendo a un vuelco constitucional que se está rompiendo con la separación de poderes. Populismo y enorme retroceso histórico. Un Código Penal a la carta. Sánchez está dispuesto a dinamitar la Constitución y a aprobar todas sus maldades antes del 31 de diciembre.

Este en nuestro panorama actual ante la pasividad ciudadana. Cuando en Madrid y Andalucía nos impongan, a la fuerza, el impuesto a grandes fortunas para compensar que en estas dos comunidades gobernadas por el PP no hay Impuesto de Patrimonio, quizá alguien se entere que va a tocar a todos, empezando por los diputados que aprueban esta injusta ley, que hace tiempo que dejo de existir en Europa. Con este regalito y otros muchos contra los ciudadanos que trabajan sin descanso para intentar llevar una vida confortable, no para mantener vagos, es difícil no estar como mínimo muy preocupado.

De momento, preparémonos para celebrar la Navidad, el nacimiento de Jesús, la gran fiesta de la Cristiandad con Alegría y recogimiento.