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Olivia de Borbón aspira a ser el nuevo rostro del Ducado de Sevilla

ras la muerte de Francisco de Borbón y Escasany, su hija inicia el proceso para heredar el título de Duquesa de Sevilla

Olivia de Borbón ejerce de madrina en la boda de su hermano Francisco @oliviadborbon

El 1 de julio, a través del Boletín Oficial del Estado, se hizo pública una solicitud que encierra el cierre de una era y el comienzo de otra. Olivia de Borbón ha iniciado los trámites para convertirse en Duquesa de Sevilla, un título con Grandeza de España que pertenecía a su padre, Francisco de Borbón y Escasany, fallecido el pasado 20 de mayo a los 81 años en Madrid.

La decisión de Olivia, según fuentes próximas a la familia, responde a un deseo expresado en vida por don Francisco, primo del Rey Juan Carlos I, y figura discreta pero influyente de la nobleza contemporánea. El BOE recoge su solicitud oficial y abre un plazo de treinta días para que cualquier posible aspirante pueda reclamar el título, aunque todo apunta a que será ella quien lo herede, y no su hermano Francisco, como podría haberse especulado en un principio.

Algo más que un aristócrata

Francisco de Borbón -Paco, para los suyos- fue algo más que un aristócrata condecorado. Estudió Económicas en Madrid e Historia en la Sorbona, y desarrolló una brillante carrera en el sector financiero internacional. Fue director durante tres décadas del banco londinense Hill Samuel and Co., presidente del Miami National Bank y del Cannon Group Iberoamérica. Pero su legado más íntimo se esconde entre las páginas no escritas de su vida familiar: la pasión por los libros, la conversación culta, el vínculo cotidiano con sus nietos y esa cercanía con Olivia, cuya casa en la Costa del Sol se encontraba a escasos metros de la suya.

Olivia de Borbón, devastada tras la muerte de su padre, llega al tanatorio 'sostenida' por su marido Julián PorrasEuropa Press

Durante el 50º cumpleaños de Olivia, celebrado en el exclusivo club Puerta de Hierro, don Francisco compartía con Vanitatis lo que, con perspectiva, suena a despedida: "Son mi vida, mis vivencias, mi historia, que quiero que sirvan a mis descendientes para comprender mejor mi vida, que no resultó siempre fácil".

El funeral, celebrado en la Iglesia de los Alabarderos -templo militar con categoría de Monumento Artístico Nacional- marcó un último gesto de arraigo entre tradición y modernidad. Ahora es Olivia quien recoge el testigo. Con la misma elegancia sobria de su padre, se perfila como la futura Duquesa de Sevilla, representante de una nueva generación nobiliaria que conjuga raíces con presente. Un relevo con apellido real, sí, pero también con vocación de continuidad.