
Muy contundente
Así pone Bárbara Rey en su sitio a Lequio, Sandra Aladro o Galiacho
La vedette tiene para todos, no solo para Ángel Cristo. Además de sentenciar a su hijo, ha reservado balas para los colaboradores

Bárbara Rey ha tomado buena nota de todo lo que se ha dicho a lo largo de esta semana en la que ha sido la protagonista indiscutible. La crónica social se ha rendido a su historia, por fin contada con todo lujo de detalles, gracias al acuerdo millonario alcanzado con Mediaset para que ella pudiese liberarse y cobrarse su venganza contra su hijo, Ángel Cristo. Mientras tanto, la cadena se libra de una ardua batalla judicial y se asegura un personaje fuerte para su parrilla los próximos meses. Todos ganan. Incluida la audiencia. Pero siempre pasa que cuando unos salen favorecidos otros se convierten en víctimas colaterales, como así le ha sucedido al Rey Felipe VI y a Sofía Cristo por motivos bien distintos. Pero también los propios colaboradores de Telecinco, profesionales de la información que conocen la intrahistoria de mucho de lo que se ha puesto sobre la mesa. Aportando su granito de arena con datos que a los protagonistas se les olvida comentar, parece que a ella le ha parecido desde cruel a simplemente “mentiras”.
Después de ver vídeos de lo que se ha comentado en los platós de la cadena, Bárbara Rey ha puesto los puntos sobre las íes. Así, como parte de las más de 20 horas de grabaciones de la entrevista, pudo sincerarse con Santi Acosta: “Estuve muy mal la noche donde lo estabais emitiendo porque hubo un montón de cosas que me parecieron muy injustas, pero eso es problema de los colaboradores. Vi una serie de ataques muy feos y con mucha maldad y mucha mentira”, destaca lo que más le marcó de la labor de los colaboradores que han ido a los programas en los que su hijo Ángel Cristo le ponía verde.
Así, por ejemplo, no comprende cómo se permitió que le adjudicasen una profesión que dice no haber ejercido: “Eso es mentira y llamarme prostituta. Y se lo apostilló además Ángela Portero. Muy bonita, muy simpática toda ella”, echa mano de la ironía para afrontar un tema que le dolió mucho ver desde su casa sin poder defenderse en su momento. También se sintió impedida cuando Sandra Aladro ponía sobre el tapete detalles sobre los chantajes que se realizaron al Rey Juan Carlos y que él mismo confirmó haber sufrido, aunque la vedette aún los niega, matiza o adorna: “Diga lo que diga Sandra Aladro, puede ser la historia que tú quieras. Historia de España es que se sepa que yo le he grabado, pero no para que te lleves un porcentaje con tu marido, porque lo haya vendido mi hijo. Conmigo se puede hacer cualquier cosa, con los que tienen poder y dinero nada”, deslizaba cabreada.

Después aparece en pantalla Alessandro Lequio hablando, aunque la murciana solo le escucha gritar o prefiere no atender al contenido del mensaje: “A ver si pones orden Santi, que se ponen como locos. Lequio se cree que por gritar… por Dios cómo grita”, se queja. Además, al ver cómo periodistas como Galiacho y otros colaboradores hablan de otros hombres relacionados con Bárbara Rey, ella establece un límite claro para no hablar más de la cuenta: “Yo no voy a decir ningún nombre, si ellos quieren que yo me meta en problemas no lo van a conseguir. Ni con este señor ni con mi hijo ni con nadie”. Además, al hacer un resumen de todo lo visto, destaca cómo muchas de las acusaciones van encaminadas a una misma dirección y le molesta profundamente, además de encontrarle un cierto tufo machista: “Parece ser que lo más grave que se le puede decir a una mujer es puta, cuando hay muchísimas cosas peores. Yo soy víctima de muchos hombres en mi vida. Soy víctima de mi marido, de mi hijo, pero no quiere decir que yo me considere una víctima”, dice con rotundidad, armándose de valor y dejando claro que, aunque caiga, siempre se levanta para seguir presentando batalla.
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