Plan B

Por favor, Sálvame: de la deuda de un millón de Chelo al patrimonio de Jorge Javier

No todos sus colaboradores tienen un ansiado plan b cuando cierre el programa el 23 de junio. La mayoría guarda silencio en busca de una reubicación en otro espacio por parte de la cadena. Hablamos con los eternos protagonistas del «cuore» televisivo

Jorge Javier Vázquez
Jorge Javier VázquezDaniel GonzalezGTRES

«El futuro en esta profesión siempre es incierto, los programas empiezan y terminan y no pasa nada. Soy optimista por naturaleza, la vida son ciclos», apunta Gema López sobre el final de «Sálvame». El programa, que echa el cierre tras 14 años en pantalla, marca el final de una forma de hacer televisión y el principio de una nueva etapa que los colaboradores del espacio enfrentan de manera muy diferente. «Pienso que para los profesionales siempre hay un hueco en los programas. Ahora descansaré y después voy a seguir haciendo periodismo, lo que siempre hecho», apunta Gema. El cerrojazo ha cogido desprevenidos a los miembros del programa, que encaran el futuro sin plan B, en muchos casos. No es el caso de Gema López. Hace un par de años montó con un par de socias una tienda de ropa (Neandnu.com), donde aprovecha para vender de forma online la ropa que lleva puesta en los platós.

Gema Lopez
Gema LopezGtres

Pero no todos se lo toman con la misma filosofía. De hecho este redactor lo ha tenido difícil a la hora de recabar la opinión de los colaboradores sobre el final del programa y el futuro que les depara. Una de las reticentes a hablar de su futuro profesional es María Patiño. «Me pillas en el ‘gym’, lo siento. Lo que tengo que decir ya lo digo en la tele», zanja al otro lado del teléfono. Su nerviosismo tiene motivos. Aparte de copresentar «Sálvame», María es también presentadora de «Socialité», producido también por La Fábrica de la Tele. La cancelación de «Sálvame» ha dejado en el alero la continuidad del espacio emitido los fines de semana. La colaboradora era algo más expresiva en su cuenta de Twitter estos días, donde se explayaba a gusto: «Ahora que lo pienso, tendré que leer el mismo periódico para saber si seguimos en ‘Socialité», deslizaba la periodista gallega.

Maria Patiño
Maria PatiñoGtres

Otra de las que prefiere no mojarse es Chelo García Cortés. «Vuelvo la semana que viene, como sabes estoy de baja y hasta que vuelva a plató no voy a comentar nada», contesta al otro lado del teléfono desde su casa de Castelldefels. En su caso el final del programa resulta casi dramático por la deuda (más de un millón de euros) que mantiene con la Hacienda española. Quizás la esperanza de que la productora vuelva a contar con ellos es lo que hace que, en líneas generales, la omertà sea la ley que impera entre los colaboradores a la hora de opinar.

Callada

Lydia Lozano, otra de las colaboradoras más locuaces de Sálvame también da la callada por respuesta al ser preguntada por cómo encara el futuro. Pese al delicado momento, Lydia asegura encontrarse «fenomenal», como si de otro tema cualquiera se tratara. «No voy a hablar, para mí ‘Sálvame’ no ha terminado, es lo único que te puedo decir». Un argumento similar al de su compañera Chelo pero en una situación diferente. A diferencia de García Cortés, que factura por día trabajado, Lydia tiene contrato con la productora que no vence hasta enero, algo que ocurre con otros colaboradores.

Lydia Lozano en una imagen reciente
Lydia Lozano en una imagen recienteGtresfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@7594fd9f

Y es que en el ecosistema «Sálvame» siempre ha existido una fina línea entre los fijos del programa y los que ostentan un rol inferior y pelean a diario por ganar una silla. «Yo soy muy consciente de cuál era mi papel en el programa y estoy muy agradecido por todo lo que ha dado la tele», nos explica Antonio Montero, otro de los asiduos. Sin miedo a hablar, a diferencia de sus compañeros, el paparazzo ve el futuro con esperanza: «Toda mi vida he vivido sin contrato y como paparazzi estoy acostumbrado a vivir de lo que produzco, quizás por eso no tengo la desazón de otros compañeros. Algunos ven esto de una forma trágica, yo lo veo como una nueva oportunidad de reciclarte y volver a empezar». Por si acaso, compagina desde hace un tiempo el negocio periodístico con la gestión inmobiliaria como intermediario en la compra venta de inmuebles de lujo y fincas rústicas.

Jorge Javier, el más seguro

Un plan B que no necesitan otros. Jorge Javier Vázquez, el «dueño del cortijo», como le gusta que le llamen, es, desde el punto de vista profesional, el que sale menos afectado por el final de «Sálvame». Jorge Javier tiene contrato con Mediaset, que tiene intención de seguir contando con él como presentador estrella de la cadena para dirigir los realities más importantes de la temporada. Al margen de la televisión, combina su papel de presentador con el de actor de teatro y de escritor de éxito. Su empresa Jorge Javier SL facturó en 2021 por sus trabajos 1,6 millones de euros, declarando beneficios al final del ejercicio por valor de 24.000 euros. Su patrimonio no tiene nada que envidiar al de las grandes fortunas del país. La empresa declaró el último año activos por 4,6 millones de euros. Por si todo fallara, en 2012 montó El Laboratorio de la Voz, una escuela de canto que arrancó con el nombre de El Liceo de la voz. La empresa, con escasa actividad, declaró pérdidas por casi 1000 euros pese a tener un patrimonio de más de 51.000 euros.

 Jorge Javier Vazquez
Jorge Javier VazquezGtres

«Este año he estado a punto de irme. No quiero decir que me vaya ya, pero a mí me queda poco». Eran las premonitorias declaraciones de Belén Esteban hace algo más de un año, donde veía cerca un futuro alejada de las cámaras tras más de dos décadas de exposición pública. «Si no lo he hecho, ha sido por mi marido y mi hija, porque a ella le encanta ‘Sálvame’», confesaba. Quizás viendo el final cerca y con la idea de invertir lo ganado en sus años de platós, Belén constituyó, en marzo de 2021, la sociedad Sabores de la Esteban SL. Dedicada al «comercio al por mayor, no especializado, de productos alimenticios y bebidas», su idea era empezar poco a poco pero con paso firme. Para ello buscó socios en Murcia donde recoge la materia prima para producir el gazpacho, el salmorejo y las patatas fritas que utiliza para fabricar los snacks, su último producto.

Belén Esteban
Belén EstebanSergio R. MorenoGTRES

La empresa, que nació con la idea de expandirse lo antes posible vende ya su gazpacho en mercados como el del emirato de Dubái. A juzgar por sus cuentas no le va nada mal. Con unos activos de 212.000 euros, la de Paracuellos del Jarama declaró en 2021 ventas por valor de casi 200.000 euros. Una cifra nada despreciable para una empresa que tiene apenas dos años de vida. Su futuro lejos de los platós parece estar asegurado, al menos a corto plazo. Ahora tiene la oportunidad de diversificar su negocio, que era su sueño.