Chile

París juzga al régimen de Pinochet por la desaparición de cuatro franceses

El banquillo de los acusados está desierto. Ninguno de los 14 responsables de la dictadura de Augusto Pinochet imputados por la Justicia francesa ha acudido al tribunal de París que desde ayer les juzga por la desaparición de cuatro franceses entre 1973, fecha del golpe de Estado, y 1975.

La Razón
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Cinco de los inculpados, entre ellos el mismo Pinochet, ya fallecieron; algunos purgan penas de cárcel en Chile por otros crímenes cometidos durante los diecisiete años de dictadura; y el resto tampoco están presentes porque el país suramericano no extradita a sus nacionales. Ninguno reconoce a la Justicia gala como competente, por lo que se han negado incluso a ser representados.

Sin embargo, las familias de Georges Klein, consejero político del presidente Allende, desaparecido el mismo día del golpe durante el asalto al palacio; Etiénne Pesle, sacerdote; Alphonse Chantreau y Jean-Yves Claudet Fer-nández, ambos miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), no podían faltar a esta cita. Hace 37 años que esperan Justicia, aunque saben que el proceso que ahora se celebra, y que excepcionalmente se está grabando por su «interés histórico», es sobre todo simbólico. Contra un régimen que, según la instrucción, y a la luz de las pruebas recabadas, «tendía a eliminar y hacer desaparecer a los adversarios políticos». Un informe oficial de 1991 cifró en 3.197 los muertos y desaparecidos bajo la dictadura de Pinochet, que falleció en 2006, libre, y sin que nunca llegara a pagar por los crímenes que le achacaron.

Manuel Contreras, de 81 años y antiguo jefe de la Dina (Dirección de Inteligencia Nacional), la policía secreta y brazo ejecutor del régimen, es el principal acusado. Desde hace años duerme en prisión. Todos, antiguos militares en su mayoría, son juzgados en rebeldía por «detención, raptos y secuestros arbitrarios con tortura o actos de barbarie». Y aunque se enfrentan a la reclusión perpetua, ninguno cumplirá las eventuales penas que dicte la Justicia francesa el próximo día 17, aunque lo importante, según los familiares, es que se reconozca su culpabilidad y se les condene. «Chile se va a convertir en su cárcel y si algún día deciden cruzar la frontera, serán detenidos», explicaba una de las abogadas de las familias.