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Hong Kong

La democracia contra Pekín arrasa en Hong Kong

La jefa del Ejecutivo promete «reflexionar». Carrie Lam reconoce que escuchara «las opiniones de los miembros del público humildemente». Una de las claves de la apabullante victoria prodemocrática ha sido el masivo voto de los jóvenes contra China

Pro-democratic lawmakers are pictured after meeting with protesters at the Polytechnic University (PolyU) in Hong Kong
Los líderes pro democráticos se reunieron con los manifestantes asediados en la Universidad Politécnica, en Hong KongADNAN ABIDIReuters

Calma chicha en Hong Kong. Tras la violencia y tensión vividas en las últimas semanas, ayer por fin la ex colonia británica amaneció con rostro amable. El transporte fluía mientras los comercios se desperezaban y se podía sentir el trajín habitual de un lunes por la mañana al uso, con todos los escolares de vuelta a las aulas. La razón no era otra que el espaldarazo recibido por la bancada pro democracia en las elecciones municipales del domingo, que ganó en 17 de los 18 distritos de la metrópoli.

De un total de 452 concejales, se hicieron con 388, frente a los 59 del bloque oficialista y cinco de candidatos independientes, una victoria abrumadora que puso de relieve el apoyo de la sociedad hongkonesa a las protestas que llevan sacudiendo la ciudad desde hace más de cinco meses.

Los comicios, que batieron récords de participación con un 71,2% de los votantes registrados acudiendo a las urnas, se presentaban en esta ocasión casi como un referéndum a favor o en contra de un Gobierno que no ha sabido gestionar la mayor crisis política a la que se enfrenta la ciudad desde que volvió a manos chinas en 1997.

"Algunos opinan que los resultados reflejan la insatisfacción de las personas con la situación actual y los problemas profundamente arraigados en la sociedad", declaró en un comunicado tras conocer los resultados la actual jefa del Ejecutivo, Carrie Lam.

El Gobierno "escuchará las opiniones de los miembros del público humildemente y reflexionaría seriamente", añadió Lam, a quien el Gobierno central volvió a mostrar su apoyo pese a ser considerada la responsable por muchos -incluidos los de su propio bando- de una situación evitable.

Como si se tratara de un pulso a Pekín, estas elecciones, que tradicionalmente han servido para tratar asuntos locales de barrio, han demostrado que este ya no es el factor más importante.“Muchos candidatos jóvenes con poca experiencia en el trabajo del distrito han ganado escaños, por lo que podemos decir que el trabajo del distrito es ahora un factor moderador. Lo más importante es su postura política ”, explicó el politólogo de la Universidad de la Ciudad, Edmund Cheng Wai.

La aplastante victoria, en cifras

71,2%: fue la participación registrada, todo un récord.
17 de los 18 distritos han pasado al bando pro democrático.
388 diputados de los 452 están en manos de la bancada pro democracia.

Precisamente, una de las claves de estos comicios ha sido el compromiso de la juventud con la ciudad y su activa participación en ellos. Lester Shum, el activista estudiantil del movimiento de Occupy se emocionaba tras derrocar a Chow Ping Tim en la circunscripción de Tsuen Wan.

"El Gobierno debe responder a nuestras cinco demandas lo antes posible. Podemos estar felices por esta noche y descansar mañana, pero tendremos que seguir luchando al día siguiente por el futuro de Hong Kong", afirmó.

Ese futuro del que Shum hablaba es una de las mayores preocupaciones de Pekín que, consciente del batacazo que han sufrido sus filas en la ex colonia, reaccionó con cautela aunque con contundencia. “Pase lo que pase, Hong Kong es parte de China y una región administrativa especial de China. Cualquier intento de arruinar Hong Kong, o incluso dañar su prosperidad y estabilidad, no tendrá éxito", afirmó desde Japón el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi.

Mientras, los medios estatales en la parte continental -como la agencia Xinhua o el canal CCTV- se limitaban a informar brevemente de las elecciones y a insistir en que detener la violencia y restablecer el orden siguen siendo las principales prioridades en la ciudad china.

Todavía no se sabe con certeza cuáles serán las directrices a seguir por parte de Pekín. Mientras se deciden por utilizar más mano dura a la hora de aplacar a los descontentos, algo que no ha surtido efecto hasta la fecha, o ceder a alguna de las demandas que plantean, los vencedores no perdían ayer el tiempo. Empujados por el apoyo social recién conseguido, algunos de ellos se presentaron a las puertas de la Universidad Politécnica de Hong Kong, donde la Policía mantienen sitiados a varios manifestantes que se niegan a abandonar el complejo, con la firme intención de negociar y mediar la salida de los acantonados de un campus que hace una semana fue escenario de una batalla campal.

Allí se negociaba que saliera en ambulancias sin ser arrestados aunque dejando sus datos a los agentes, pero a última hora la situación seguía igual a excepción de aquellos que desde los alrededores de la universidad agitaban sus móviles para demostrarles a los de dentro que no están solos. Una llamada que fue correspondida desde el tejado de uno de los edificios, donde uno de los manifestantes respondía con el movimiento de su linterna.