Insólito

Impiden la entrada de un muerto en su propio funeral por ir sentado en una silla

Algunos asistentes no le identificaron y le recriminaron por no llevar la mascarilla puesta

Imagen del fallecido, en una zona acordonada junto a la entrada a la iglesia
Imagen del fallecido, en una zona acordonada junto a la entrada a la iglesiaYoutubeArchivo

Che Lewis, de 29 años, se ha quedado fuera de su propio funeral por no ir en un ataúd. El joven fue asesinado a tiros en Trinidad y Tobago el pasado 25 de noviembre junto a su padre Adlay Lewis, de 54 años. Mientras que Adlay fue metido en un ataúd, la familia prefirió que Che tuviera una despedida distinta y recurrieron al “embalsamamiento extremo”.

Esta técnica vuelve los cuerpos totalmente rígidos a través de unas inyecciones químicas. El origen de esta forma de embalsamamiento se remonta a 2008 en Puerto Rico y surge para darle al difunto una despedida más “festiva”. La demanda de este servicio es cada vez mayor y las familias llegan a pagar unos 2.500 euros para que sus seres queridos “resuciten” antes del descanso eterno.

Esto fue lo que pensaron y se lo solicitaron a los responsables de la funeraria Dennie’s, cuyo lema es “Cada vida es única, por lo tanto, cada funeral debe ser único”. “La familia lo solicitó, pero era algo que teníamos en nuestra lista de deseos para hacerlo, así que cuando llegó la solicitud no era ajeno a nosotros porque estamos al tanto de funerales como ese en el extranjero”, indicó uno de los responsables.

Además, aclaró que como no lo habían hecho nunca tuvieron que tomar sus precauciones: “Lo tuvimos a nuestro lado durante tres días para controlar cómo le iba en la silla antes de que lo hiciéramos público”, dijo.

Así, Che fue transportado por las calles de Puerto España, en un recorrido que fue emitido en directo. Sentado en una silla colocada en la parte trasera de una camioneta, pudo “disfrutar” del último paseo al aire libre antes de ser enterrado,

Vestido con pantalones blancos, una chaqueta de traje rosa y gafas de sol, llegó a la iglesia de San Juan Evangelista en la ciudad de Diego Martín, donde estaba prevista la celebración del funeral. Sin embargo, no le autorizaron la entrada debido a que no iba en el ataúd. Así, Che se quedó sentado a las puertas del centro religioso. Muchos de los asistentes no lo reconocieron. De hecho, hubo gente que llegó a recriminarle que no llevara la mascarilla puesta.

Los sacerdotes católicos locales criticaron ese tipo de embalsamamiento, que calificaron como “irrespetuoso”, e indicaron que a partir de ahora las parroquias solicitarán todo tipo de detalles sobre los funerales que se vayan a celebrar para evitar situaciones tan incómodas como esta.

Tampoco le gustó a las autoridades locales. El oficial de policía Brent Batson dijo a “Trinidad Express” que “estamos decepcionados por el comportamiento imprudente de Dennie’s Funeral Home. El transporte de personas de manera peligrosa es un delito con una multa de más de 800 euros y la policía continuará con la investigación abierta sobre la conducta de la compañía funeraria en la carretera”.

A pesar de todo, finalmente Che fue colocado en un ataúd y pudo ser enterrado junto a su familia.