Congreso conservador
El retorno de Trump: “No voy a crear un tercer partido. Eso es “fake news””
El ex presidente vuelve a la arena política con un ataque frontal a Joe Biden y moviliza a sus fieles con la vista puesta en 2024. El magnate se autoproclama como el líder de los republicanos
El trumpismo está más vivo que nunca. El ex presidente Donald Trump lo dejó claro anoche al reaparecer en la Conferencia de Acción Política Conservadora de Orlando con un ataque feroz a las políticas de su sucesor con el que pretende mantener activo su movimiento y reafirmar su liderazgo dentro del Partido Republicano.
Trump se centró en las críticas al plan de reforma migratoria del presidente Joe Biden, que de aprobarse podría convertir en ciudadanos a 11 millones de inmigrantes irregulares.
“¿Me echabáis ya de menos?”, dijo Trump para romper el hielo.
«Me presento ante vosotros para declarar que el viaje que comenzamos hace cuatro años no ha terminado», indicó el magnate. «Estamos aquí para hablar sobre el futuro –el de nuestro movimiento, el de nuestro partido y el de nuestro amado país», añadió el ex presidente.
“No voy a empezar un nuevo partido, eso es “fake news””
“Los valientes republicanos en esta sala”, se refirió Trump. “No vamos a empezar nuevos partidos. No voy a crear un tercer partido, eso era “fake news””. “No estamos interesados en ello”, aseveró.
El de Trump era un regreso que todos daban por hecho. Superado el «impeachment» por el asalto al Capitolio del 6 de enero, que podría haber liquidado su carrera política, el ex presidente volvió a la carga en la gran cita anual de los conservadores más radicales, despachando dardos contra Biden y un mensaje claro para un Partido Republicano que no ha terminado de digerir su derrota electoral. El líder sigue siendo él.
Los asistentes al evento del hotel Hyatt de Orlando no tenían dudas. La de Trump fue el clímax a varios días de intervenciones en las que distintos oradores reivindicaron su legado, reafirmaron su lealtad y recordaron que la consigna que lo llevó al poder en 2016 («Hacer América grande de nuevo») sigue vigente para ellos. La adoración por Trump fue tal que los organizadores colocaron una estatua dorada con su figura que se convirtió en la foto más buscada.
Muchos interpretan el acto de ayer como el primer paso de una nueva carrera hacia la Casa Blanca en 2024 del polémico magnate. Ya ha instalado en su bastión de Florida el cuartel general de su nueva aventura y lleva días recibiendo en su residencia de Mar-a-Lago a figuras del partido y colaboradores con los que busca reactivar su actividad política y seguir influyendo en la agenda nacional.
«El Partido Republicano está unido. La única división es entre un puñado de políticos del ’'establishment’' de Washington y el resto del país», aseveró el ex presidente Trump. «Todos sabíamos que la Administración Biden iba a ser mala – pero ninguno nos imaginamos cómo de mala sería y cuánto se escoraría a la izquierda». Para Trump, «Biden ha tenido el primer mes más desastroso de cualquier presidente en la historia moderna».
Trump se esforzó en atacar los flancos débiles de la estrategia de Biden, regándolo todo con la retórica beligerante y nacionalista que tanto excita a sus fieles.
“Acaban de perder la Casa Blanca”, insistrió el ex presidente republicano después de criticar el manejo de la seguridad en la frontera por parte de Biden. “Pero quién sabe, quién sabe, puede que incluso decida vencerlos por tercera vez”, señaló el magnate volviendo a su teoría conspiratoria del fraude electoral.
No es habitual que un ex presidente cargue contra su sucesor cuando apenas lleva unas semanas en el cargo, pero Trump nunca se ha caracterizado por respetar las formalidades. En el equipo de Biden siguen centrados en la gestión de la pandemia de coronavirus, con la aprobación de un nuevo plan masivo de estímulos económicos como objetivo más inminente, y por ahora optan por ignorarle. «Ciertamente, no estamos centrados en lo que el presidente Trump pueda decir en la Conferencia», comentó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Primera batalla en el seno del Partido Republicano
En realidad, Trump sabe que la primera batalla que tiene que ganar es la interna. Anoche en Orlando, se esperaba que peces gordos republicanos como el senador por Texas Ted Cruz o el ex secretario de Estado Mike Pompeo lo arroparan en un evento cuya nómina de oradores en los últimos años ha sido el reflejo fiel de la radicalización del movimiento conservador estadounidense. Pero también llamaron la atención algunas ausencias. El vicepresidente Mike Pence declinó la invitación. Como él, el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, se desmarcó de lo ocurrido en el Capitolio en enero y de los intentos de Trump por aferrarse al poder.
Aunque solo unos pocos senadores republicanos con poco que perder apoyaron el «impeachment», no está claro aún cuán profundas son las fisuras ni cuántos apoyos recabaría el expresidente en unas hipotéticas primarias. McConnell, uno de los pocos que se ha enfrentado abiertamente con él, dijo que aún falta mucho hasta 2024, cuando se celebrarán nuevas presidenciales, pero adelantó que respaldaría a Trump si es elegido candidato por el partido, en un aparente intento de destacar que los objetivos del partido deben estar por encima de los intereses personales.
Pero Trump no demuestra el mismo espíritu de equipo y, como dejó claro en un vitriólico comunicado contra McConnell, parece decidido a la guerra abierta contra todos los que se atrevan a cuestionarlo dentro del partido.
El líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, tuvo que reconocer ante los periodistas que no ha podido obtener de Trump el compromiso de que no lanzará a sus propios candidatos en las demarcaciones en las que otros republicanos buscarán renovar el escaño en las elecciones de mitad de mandato de 2022. Donald Trump hijo ya se ha puesto en marcha para difundir que los candidatos desafectos a su padre son los que salen peor parados en las encuestas.
Y en Orlando se repitieron una y otra vez las acusaciones no probadas de que Biden le derrotó solo gracias a un «fraude electoral masivo», justo el mensaje que los más moderados quieren abandonar porque consideran que disuade a potenciales votantes. Trump no cede y deja ver que en su nueva vida de opositor irredento a Biden seguirá la misma máxima que lo guió en los negocios y en su primer viaje a la Casa Blanca. O estás con Trump o estás contra Trump.
A la espera de ver si en los próximos cuatro años alguien se postula como alternativa, o si alguna de las investigaciones en curso encuentran en sus enrevesadas declaraciones de impuestos algo que lo inhabilite, el proyecto Trump 2024 ya calienta motores.
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