Bielorrusia

La UE intenta cercar a Lukashenko con sanciones económicas por el secuestro de Protasevic

Los Veintisiete añaden a 78 nuevas personalidades a la lista de castigados y apoyan golpear las exportaciones de hidrocarburos

La Unión Europea está decidida a atacar la línea de flotación del régimen de Alexander Lukashenko, aunque esto conlleve el riesgo de que el país se acerque peligrosamente a los tentáculos de Moscú. Los Veintisiete aprobaron ayer su cuarta ronda de sanciones contra dirigentes bielorrusos al ampliar la lista a 78 personalidades del régimen, lo que incluye importantes empresarios que sostienen al dictador, el considerado más longevo de Europa ya que lleva en el poder desde 1996. De esta forma, la lista actual incluye a 166 personas (incluido el propio Lukashenko) y 15 empresas. Los afectados no podrán viajar ni transitar por territorio comunitario y sus bienes en suelo europeo les serán congelados. Además está prohibido que reciban ningún tipo de financiación europea ni por parte de particulares ni de empresas. ”Estas sanciones envían una fuerte señal a los que apoyan el régimen y es que el soporte continuado a Alexander Lukashenko tiene un coste sustancial”, reza el comunicado difundido ayer por las cancillerías.

De esta nueva ronda de sancionados, 7 personalidades y una compañía han sido elegidos por sus vínculos con el secuestro del avión de Ryanair que tuvo lugar el pasado 23 de mayo. Ese día el aparato en el que viajaba el opositor bielorruso, Roman Protasevic y su novia, Sofia Sapega, fue desviado con un falso aviso de bomba, lo que hizo que el avión proveniente de Grecia con rumbo a Vilna (Lituania) acabara aterrizando en Minks dónde los dos fueron arrestados. Tras el escándalo que esto produjo en la opinión pública internacional, los líderes europeos decidieron cerrar el espacio aéreo del país y abrir la puerta a más sanciones.

Los castigos adoptados ayer son tan sólo el principio, ya que los ministros de Exteriores de los Veintisiete han decidido también apuntar a los intereses económicos del régimen y preparan restricciones a las escasas exportaciones del país en sectores como los hidrocarburos o la producción de potasio, además de incluir también a las entidades financieras con el objetivo de que el régimen quede cercado y sin capacidad de maniobra. Se espera que los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete que se reúnen este jueves y viernes en la capital comunitaria den luz verde a estas sanciones. Una decisión delicada ya que puede golpear a la ya castigada población y conseguir un acercamiento aún mayor de Minks a Moscú. “Lo cierto es que no es una herramienta mágica, pero es la que tenemos”, aseguró ayer el máximo representante de la diplomacia comunitaria Josep Borrell al ser preguntado por esta posibilidad.

Lukashenko siempre ha sido un experto en navegar entre dos aguas para asegurar su propia supervivencia. En el año 2016, después de que el dictador liberase a los presos políticos encarcelados, la UE decidió levantar la gran mayoría de las sanciones vigentes. En ese momento, al dirigente bielorruso le interesaba un acercamiento a Occidente después de que la anexión rusa de la península de Crimea (Ucrania) le hiciera temer las veleidades expansionistas de Vladimir Putin y los Veintisiete vieron también una importante oportunidad de distensión. Falsas esperanzas. El deshielo con Bruselas ha durado tan sólo unos años ya que las elecciones fraudulentas del pasado mes de agosto, no reconocidas ni por la UE ni por EE UU y la violenta represión contra los manifestantes, han hecho que el viejo dictador haya vuelto a caer en las garras de Moscú. Se espera que la cumbre de este jueves y viernes sirva también para que los Veintisiete debatan sobre la complicada relación con Rusia.