Deriva autoritaria

La Eurocámara exige al “premier” esloveno respetar la libertad de prensa y la independencia judicial

Janez Jansa niega las acusaciones y defiende la necesidad de combatir a los “grandes monopolios” en Europa, a los que comparó con el totalitarismo

Janez Jansa, primer ministro esloveno y presidente de turno de la UE, durante su comparecencia este martes ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo
Janez Jansa, primer ministro esloveno y presidente de turno de la UE, durante su comparecencia este martes ante el Parlamento Europeo en EstrasburgoDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Estos próximos seis meses, Eslovenia será el país encargado de presidir la UE y le esperan retos tan acuciantes como evitar un nueva ola de contagios de coronavirus; proseguir la campaña de vacunación, dar la luz verde a los planes de recuperación europeos; intentar avanzar en la reforma del sistema de asilo; encarrilar el debate sobre nuevos impuestos como la tasa Google o el impuesto al carbono y la que es una de sus grandes prioridades: impulsar la ampliación de la UE occidentales como modo de contrarrestar la influencia en la región de potencias como China y Rusia.

Pero todo estos deberes quedan eclipsados por la deriva autoritaria que vive el país. La comparecencia de su primer ministro, Janez Jansa, en el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo (Francia) esta martes se convirtió en un examen al cumplimiento del Estado de derecho en Eslovenia, aunque él negó en todo momento estas acusaciones.

La gran mayoría de los partidos políticos -exceptuando la extrema derecha y los conservadores y reformistas- pidieron al primer ministro garantizar la libertad de prensa y la independencia del sistema judicial y también exigieron el nombramiento de los dos miembros de su país a la recién estrenada Fiscalía europea, que tiene como propósito perseguir la corrupción en la utilización de fondos europeos. Eslovenia es el único país, de los que se ha adherido a esta iniciativa, que todavía no ha elegido a sus representantes.

Las tensiones se han incrementado en las últimas semanas después de que la mayoría de los líderes europeos aprovecharan la pasada cumbre europea para acorralar al primer ministro húngaro Viktor Orbancomo protesta por la ley promulgada en el Parlamento del país por la que seprohíbe hablar de homosexualidad y transexualidad en los colegios, un veto que también se extiende al contenido audiovisual al que pueden acceder los menores. Jansa, aunque menos combativo que Orban, es uno de sus principales defensores en el seno del club europeo.

Los ánimos estaban caldeados, teniendo en cuenta que los diferentes procedimientos de infracción puestos en marcha contra Hungría y Polonia para frenar su deriva autoritaria no han surtido efecto y que Eslovenia puede seguir el mismo camino.

El líder del PPE, familia en la que se encuadra el partido de Jansa, Manfred Weber, no mencionó a ningún país en concreto, pero recordó que el respeto al Estado de derecho “tiene que ser un principio político común a la vista de nuestra historia europea”.

Socialistas, liberales y verdes subieron el tono. La jefa de filas de los socialistas, la española Iratxe García, aseguró que la Eurocámara vigilará “que no se pierda el legado de la transición eslovena” y el liberal Malik Azmani, en uno de los discurso más duros del hemiciclo, instó al líder esloveno a “salir del lado oscuro y volver a la luz”.

Como respuesta a los ataques de los eurodiputados, Jansa se ha comprometido a defender el Estado de derecho durante su mandato y a que este otoño ya se hayan tramitado los nombramientos para la Fiscalía europea. Según el primer ministro, en Eslovenia no existe acoso a los medios críticos, ya que él mismo fue el último periodista encarcelado por ejercer su profesión (cuando era un luchador en contra del comunismo) y sus medidas responden a la necesidad de luchar contra “noticias falsa” y combatir contra los “grandes monopolios” en Europa a los que comparó con el totalitarismo.