Congreso conservador

Solo 127 camioneros responden a los visados temporales de Johnson para paliar la crisis de suministros

El Gobierno británico acusa a las empresas de haberse “emborrachado con mano de obra barata” y deben asumir ahora la responsabilidad de la escasez de combustible y alimentos

El "premier" Boris Johnson prepara su discurso en su hotel de Manchester
El "premier" Boris Johnson prepara su discurso en su hotel de ManchesterStefan RousseauAgencia AP

Lo primero que encuentra uno al entrar en el congreso que el Partido Conservador celebra en Manchester es un grupo de manifestantes portando la bandera de la UE. Les llaman la resistencia. Cinco años después del triunfo del Brexit, siguen con los carteles donde se puede ver a Reino Unido dándose un tiro en el pie. “Fue un gran error. Y nos mintieron todo el rato. ¿Mira como está ahora el país?”, dice uno de ellos. Lo cierto es que Reino Unido no está en su mejor momento. Se ha tenido que desplegar al Ejército para hacer frente a la crisis de combustible y hay también problemas de suministro en supermercados y farmacias.

El Gobierno ofreció 5.000 visados temporales hasta Navidades a los camioneros a fin de paliar el caos. Sin embargo, hasta ahora solo ha recibido 127 solicitudes: 27 para conducir camiones cisterna -necesarios para la distribución de combustible- y el resto para camiones de productos alimenticios. Unos números insuficientes para afrontar el déficit de hasta 100.000 transportistas que necesita el país.

Sería incorrecto responsabilizar al Brexit de toda la situación. La pandemia ha creado un problema por falta de mano de obra en toda Europa y Estados Unidos. Pero, desde luego que la nueva ley de inmigración impuesta el pasado enero tras abandonar la UE no está facilitando ahora las cosas.

Un portavoz de la Asociación del transporte por carretera (RHA, en inglés) dijo que el hecho de que pocos extranjeros, sobre todo comunitarios, hayan tramitado un visado demuestra que los permisos a corto plazo “no son atractivos” y adujo que deberían ser al menos “por doce meses”.

En cualquier caso, Boris Johnson niega que exista cualquier tipo de crisis y asegura que “no le preocupa” la presión sobre las cadenas de suministro, la escasez de mano de obra o la inflación. El “premier” dice que Reino Unido es “un gigante que está despertando”. En definitiva, dolores de parto necesarios para la reactivación de un nuevo modelo económico.

“El país se encuentra en un punto de inflexión para dejar atrás un sistema que dependía de mano de obra barata y poco cualificada foránea, en favor de una economía con sueldos y cualificaciones altos”, afirmó en una entrevista con la BBC. “Si miramos la productividad de Reino Unido, hemos estado por debajo de nuestros mayores competidores durante más de dos décadas, y es porque tenemos un enfoque basado en salarios y costes bajos y las empresas no invierten en formación o servicios”, argumentó.

“Lo que no podemos hacer es volver al viejo y fracasado modelo donde la principal línea de empleo es mano de obra poco cualificada con sueldos bajos, a menudo gente que trabaja muy duro, maravillosa y valiente, que vienen y trabajan en condiciones que son muy duras, y no deberíamos volver a eso”, añadió.

A medida que aumentan las advertencias de problemas de suministro de cara a Navidad, no solo Johnson, sino todo el Gabinete ha decidido lanzarse al ataque, culpando a las empresas por no prepararse para el Brexit. Los ministros creen que las empresas se han “emborrachado con mano de obra barata” y deben asumir ahora la responsabilidad de la escasez de combustible y alimentos.

Pero en los pasillos del congreso, sí se respira preocupación ante lo que pueda pasar en los próximos meses. Y sobre todo temen que, con este tipo de declaraciones, asegurando que todo va bien, Johnson proyecte ahora la imagen de un primer ministro que ha perdido el contacto con el pueblo.

De momento, no hay un riesgo real de perder el poder porque no cuentan con una oposición que complique las cosas. Los conservadores siguen sacando ventaja a los laboristas en las encuestas. Pero lo peor que le puede pasar a un Gobierno es caer en la complacencia.

En esta línea, lejos de plantearse relajar la normativa migratoria, la ministra del Interior,Priti Patel, señaló este martes que endurecerá aún más las condiciones para obtener el estatus de refugiado o entrar de manera ilegal en Reino Unido, ante los vítores de los militantes.

Patel -hija de inmigrantes- mostró de nuevo la cara más intransigente del Gobierno. “Mi nuevo plan de inmigración ya está siendo tramitado por el Parlamento con un principio fundamental: control. Bajo este sistema, Reino Unido será justo, pero firme”, señaló en referencia a la normativa que se tramita en Westminster sobre refugiados.

Dentro de la reforma que propone la ministra, que ya ha sido muy criticada por las organizaciones de defensa de los derechos humanos, se contempla que la mayor pena por entrar ilegalmente en Reino Unido pase de seis meses a cuatro años de cárcel. Del mismo modo, el máximo castigo para los traficantes de seres humanos aumentará de los seis años en la actualidad hasta la cadena perpetua.