Plan de emergencia
Alemania eleva el nivel de alarma por la crisis del gas ruso
«Es ahora un bien escaso», ha reconocido el ministro de Economía, quien ha instado a los alemanes a reducir su consumo para que el país pueda estar preparado de cara al invierno
Alemania ha dado un paso más y declaró este jueves el segundo nivel de su plan de emergencia energética ante la amenaza de que Rusia cierre el grifo del gas. Un paso definido como “necesario” por el ministro de economía, Robert Habeck, y que sucede apenas tres meses después al que se dio en marzo cuando el gobierno federal activó el nivel de alerta temprana ante la reducción del suministro de gas ruso. “El gas es un bien escaso a partir de ahora, los precios ya son altos y tenemos que prepararnos para nuevos aumentos”, añadió el ministro junto a un llamamiento a todos los consumidores -tanto en la industria, en las instituciones públicas como en los hogares- para reducir el consumo de este combustible, tanto como sea posible, para que el país pueda estar preparado de cara al invierno.
Este nivel es el segundo de las tres fases de escalada del plan germano de contingencia de gas presentado tras el ataque ruso a Ucrania y conlleva un deterioro significativo en la situación de su suministro, aunque el mercado podría aún manejar la demanda. A diferencia del nivel de alerta temprana que estuvo vigente desde el 30 de marzo, el nivel actual alude a consecuencias significativas para las empresas y los consumidores. Habeck justificó la declaración de esta segunda fase, entre otras cosas, con la reducción del suministro de gas que circula por el gasoducto Nord Stream y a las labores de mantenimiento que se llevarán a cabo a partir del 11 de julio en otra tubería y que podría tardar unos diez días. En los últimos años, se han utilizado instalaciones de almacenamiento de gas para compensar las menores importaciones de gas, pero ahora no es suficiente.
“El estrangulamiento en los suministros de gas es un ataque económico contra nosotros”, dijo Habeck y señaló directamente al presidente ruso, Vladimir Putin, y a su objetivo de avivar la incertidumbre y hacer subir los precios. Para el gobierno federal, la máxima prioridad ahora es llenar los tanques de almacenamiento para lo que buscará otros proveedores alternativos y se expandirán las energías renovables. Pero hay más. Este nuevo paso supone dar luz verde a la vuelta del carbón, así como poner en marcha una línea de crédito para ayudar al sector.
En cualquier caso, la Agencia federal de Redes quiere evitar activar la cláusula de ajuste de precios para evitar que los consumidores tengan que pagar más por la energía. “Queremos seguir monitoreando el mercado”, dijo el ministro.
Queda también descartada por ahora una intervención estatal en el mercado del gas así como la protección de algunos espacios como hospitales o los dependientes de los cuerpos de seguridad de Alemania. Por el momento, solo la industria será la que tenga que adaptarse a los recortes lo que, de una manera u otra, repercutirá en el consumidor. Aunque el escenario geopolítico es crítico, Habeck apuntó asimismo a los “fracasos de la última década” que, a su parecer, han llevado al país hasta los problemas actuales. “Estaríamos en una posición diferente si realmente se hubiera avanzado en la eficiencia energética y la expansión de las energías renovables en los últimos años”, añadió.
Peter Adrian, presidente de la Asociación de Cámaras de Industria y Comercio Alemanas (DIHK), mostró la incertidumbre dentro del sector. “Aunque el suministro de gas aún está asegurado a corto plazo, todas las empresas están en estado de máxima preocupación”. En una encuesta actual de DIHK, nueve de cada diez empresas alemanes describieron los altos precios de la energía como un riesgo comercial importante.
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