Reconstrucción de un motín de 24h
Los 8.000 hombres de Wagner que pusieron en jaque a Putin
Los mercenarios de Prigozhin ensancharon las primeras grietas entre las filas del Kremlin
Siete días han bastado para que el todopoderoso grupo Wagner pase de la gloria por sus hazañas en Ucrania al ostracismo. Una semana en la que Rusia se ha enfrentado a la amenaza de una confrontación civil provocada por la sublevación de la joya de su corona militar. En este corto periodo de tiempo, el mundo ha empezado a darse cuenta de que el sólido régimen de Vladimir Putin se sostenía de andamios mal atados. La semana de pasión en Rusia ha resultado ser la culminación de una serie de conflictos soterrados que ni el mismo presidente vio venir.
El comienzo de la invasión rusa de Ucrania lanzó al estrellato al grupo Wagner, del que poco se sabía antes de 2022. Una formación militar integrada por mercenarios de la que ya se hablaba en 2014, cuando acudieron en ayuda de las fuerzas separatistas de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Paralelamente, han operado en sitios tan distintos como Siria, República Centroafricana, Mali o Libia, donde han apoyado militarmente a gobiernos con los que Moscú mantiene buena relación. Yevgeni Prigozhin, multimillonario e íntimo amigo del presidente Putin, admitió haberlo fundado en septiembre de 2022. Prigozhin ya gozaba de cierta popularidad en Rusia por algunas de sus excentricidades, como la haber creado una “granja de trolls” en San Petersburgo, encargada de multiplicar la presencia en redes de perfiles falsos que apoyaban al Gobierno ruso. También se les ha responsabilizado de crear noticias falsas y desestabilizar varios procesos electorales, entre los que se encuentran las elecciones presidenciales de Estados Unidos, hecho que ya le costó las primeras sanciones.
La popularidad de Wagner y el protagonismo de Prigozhin han ido aumentando a lo largo de la campaña militar en Ucrania. Su presencia en las batallas más cruentas y la toma de Bajmut saltaban a los titulares mientras Prigozhin se daba virtuales baños de masas en las redes sociales. Esa posición le ha generado el recelo del Ejército ruso y sus mandos, que miraban desde la retaguardia los éxitos de Wagner, comenzando por el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, que en año y medio se convirtió en una auténtica pesadilla para Prigozhin. La falta de apoyo logístico y de munición llevaron al millonario a airear sus críticas en las redes, convirtiéndose en el único ciudadano de Rusia con licencia para despacharse a gusto. El tono de su crítica fue en aumento hasta crear una corriente de opinión que señalaba directamente al ministro y al jefe del ejército en Ucrania, Valeri Gerásimov, de haber planificado de manera irresponsable y poco profesional la campaña ucraniana y, sobre todo, de mentir al presidente Putin sobre unos teóricos avances que no se estaban dando sobre el terreno.
Viernes, 23 de junio. Prigozhin publica un vídeo en el que confiesa que el Kremlin podía haber evitado entrar en guerra obligando al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, a firmar un acuerdo y así evitar “un desastre para Rusia”, que lleva sacrificadas decenas de miles de vidas de jóvenes compatriotas. El principal señalado no es otro que el ministro ruso de Defensa. La relación entre ambos parece rota tras la propuesta de ese Ministerio de integrar a los hombres de Wagner en el Ejército y la negativa de estos a abandonar el grupo.
Por la tarde, Prigozhin anuncia en su perfil de Telegram que “un gran número” de combatientes de Wagner han muerto por un ataque del Ejército ruso. Desde el ministerio de Defensa niegan de manera tajante las acusaciones y se interrumpe la programación en varias cadenas de televisión rusas para emitir un boletín urgente de noticias en el que se desmiente lo ocurrido. Prigozhin afirma que va a poner orden en la situación que atraviesa el país declarando que sus 8.000 hombres “van a buscar una respuesta al caos en el país” marchando hacia Moscú pero que sus acciones “no son un golpe de Estado”.
Sábado, 24 de junio. Los hombres de Wagner han tomado la ciudad rusa de Rostov y llegan a Lipetsk. Las autoridades de ambas poblaciones instan a la población a permanecer en casa. El propio Putin señala que la situación en Rostov es “difícil”. Los mercenarios de Prigozhin avanzan en dirección Voronezh mientras el Ejército les planta cara. Varios muertos, entre ellos el piloto de un avión militar ruso que es derribado. Las autoridades refuerzan las medidas de seguridad en Moscú, donde se instaura un “régimen de operación antiterrorista”. Prigozhin, publica un audio advirtiendo que sus fuerzas llegarán “hasta el final” y van a “destruir todo lo que se interponga” en su camino. El sábado por la noche, el presidente de Bielorrusia, Aleksander Lukashenko comunica que ha llegado a un acuerdo con Prigozhin. Esa madrugada miembros de Wagner comienzan a replegarse. Se informa de que el oligarca será acogido en Bielorrusia.
Domingo, 25 de junio. No queda rastro de la sublevación de Wagner, salvo algunos socavones y un tanque atascado en Rostov.
Lunes, 26 de junio. Discurso de Putin en televisión. Le bastan cinco minutos para perdonar a los mercenarios sublevados descargando toda la culpa en Prigozhin. Esa misma mañana confiesa que el país ha estado al borde de la guerra civil y admite el gasto de 86.262 millones de rublos [casi 1.000 millones de euros], asumido por el Estado entre mayo de 2022 y mayo de 2023 para sufragar los gastos de Wagner. La mayor parte del equipamiento del grupo pasará a manos de su guardia presidencial.
Miércoles, 28 de junio. El general Serguéi Surovikin, más conocido como “El carnicero de Siria”, es detenido por su relación con la sublevación de Wagner. Se desconoce su paradero y si se han producido más detenciones relacionadas con el acto de insurgencia. El Kremlin permanece en silencio.
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