
Aviones de combate
Alemania confía en Estados Unidos y comprará aviones de combate F-35 para la Luftwaffe
Mientras la clase política alemana se atrinchera contra una ultraderecha que mira a Trump, el Gobierno refuerza su defensa y la industria armamentística firma contratos millonarios en un país atenazado por la burocracia y su dependencia de China

El panorama político alemán se polariza cada vez más, con el canciller Friedrich Merz, de la CDU, reafirmando su rotunda negativa a cualquier tipo de colaboración con Alternativa para Alemania (AfD). Su socio bávaro y líder de la CSU, Markus Söder, ha sido aún más contundente, llegando a calificar a la formación de ultraderecha como un enemigo del sistema, lo que evidencia la estrategia de aislamiento que los partidos tradicionales buscan imponer.
Lejos de verse aislada, la AfD no solo ignora este cordón sanitario, sino que intensifica su perfil con gestos de claro alineamiento internacional. El partido ha llegado a proponer que se nombre al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ciudadano de honor en el distrito de Bad Dürkheim. En esa misma línea, la colíder de la formación, Alice Weidel, ha mostrado su apoyo a la celebración de una cumbre entre el propio Trump y el presidente ruso, Vladímir Putin, que tendría lugar en Budapest.
Paralelamente a estas tensiones, el Ejecutivo alemán avanza en un ambicioso plan de rearme. Según informa Dw, el ministro de Defensa, Boris Pistorius, ha confirmado la intención de adquirir otros 15 cazas F-35 de fabricación estadounidense, que se sumarán a los 35 ya encargados. Este esfuerzo se complementa con un fuerte impulso a la industria nacional, como demuestra el acuerdo de 3.000 millones de euros con el fabricante Rheinmetall para el suministro de vehículos blindados. Esta adquisición de cazas se produce en un momento en que la producción de este modelo se ha agilizado, ya que su fabricante Lockheed Martin ha finalizado la entrega de los F-35 que tenía pendientes. Además de los cazas y vehículos, el plan de modernización armamentística se extiende a otro tipo de material, pues Lockheed Martin ha asegurado que Alemania recibirá pronto sus nuevos misiles, ampliando así el alcance del rearme.
Los desafíos domésticos que tensionan a la sociedad alemana
De hecho, un estudio reciente ha puesto cifras al enorme peso de la burocracia, revelando que las empresas alemanas se han visto obligadas a contratar a 325.000 personas en los últimos tres años con el único fin de gestionar el papeleo. Este dato refleja una de las múltiples complejidades que afronta el país en el terreno económico y social.
Por otro lado, el debate social abarca también el ámbito sanitario. Mientras el comisionado de drogas del Gobierno aboga por endurecer las leyes sobre el cannabis y critica el actual límite de posesión de 25 gramos, un influyente grupo farmacéutico ha lanzado una seria advertencia: la creciente dependencia alemana de China para obtener principios activos para la fabricación de medicamentos.
En un registro completamente distinto, y como nota de contraste en un panorama cargado de tensiones, el célebre cineasta Werner Herzog ha ofrecido una visión más etérea. A sus 83 años, ha confesado su deseo de rodar una película en Marte, expresando su anhelo por mirar más allá de los problemas puramente terrenales.
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