Tiroteos

“Permitir en EEUU la compra de armas semiautomáticas es enfermizo”

“Cada día tengo que explicar a las mamás y los papás que su hijo, que se fue esa mañana de casa, nunca volverá”, explica un médico estadounidense a LA RAZÓN

Un hombre observa un fusil en una tienda de armas en Florida (Foto de ARCHIVO)01/01/1970
Un hombre observa un fusil en una tienda de armas en Florida (Foto de ARCHIVO)01/01/1970larazonDOUGLAS R. CLIFFORD / ZUMA PRESS

Las cifras no dejan lugar a dudas. EE UU se ha convertido en el país desarrollado con más violencia armada del mundo. Es también la única nación del planeta con más armas de fuego en manos de civiles, es decir, más armas (393 millones) que habitantes (332 millones).

La población estadounidense posee prácticamente la mitad del arsenal de armas existente en el mundo, con un 46% del total en sus manos. Y los disparos de bala representan ya la primera causa de muerte en menores de 14 años. A falta de más de un mes para que termine 2022, este año ha dejado por ahora un trágico balance de 608 tiroteos masivos, 39.940 víctimas mortales por disparos y 35.360 heridos, según el recuento de los Archivos de Gun Violence. Tras la reciente matanza en una cadena de supermercados Walmart en Virginia, y apenas a tres tiroteos masivos de distancia, este año se ha convertido ya en el segundo más mortífero de la historia reciente, solo por detrás de 2021.

«Los tiroteos masivos de los que seguimos escuchando son traumatizantes para nosotros como nación», reflexiona Joseph Sakran. En primera persona para LA RAZÓN, este superviviente de la masacre escolar comparte su propia experiencia. Hoy convertido en cirujano traumatólogo, investigador de salud pública y activista y defensor de la violencia armada, el doctor Sakran estuvo a punto de morir a los 17 años mientras cursaba su último año escolar al ser alcanzado en el cuello por el disparo de una bala perdida.

«Como alguien que llega a esta conversación como superviviente y no como médico, lo que puedo decirles es que no existe una solución única para esta crisis de salud pública que enfrentamos en EE UU. Necesitamos abordar esto con un enfoque multifacético que abarque todos los sectores», añade Sakran, actual Director de Cirugía General de Emergencias en el Hospital John Hopkins, uno de los más prestigiosos del país.

Violencia en EE UU
Violencia en EE UUAntonio Cruz

«Creo que lo que tiene que cambiar es que no debemos seguir poniendo el peso de este problema sobre los hombros de unas pocas personas. Todos debemos ser parte de la solución y el compromiso de hacer que las comunidades sean más seguras. Los tiroteos masivos son la punta del iceberg cuando pensamos en la violencia armada», recalca a sus 45 años, casi tres décadas después del tiroteo que cambió su vida para siempre. Sakran, que se recuperó de la tráquea rota y la arteria caótica cortada gracias a la intervención de un cirujano traumatólogo, también se desempeña hoy en día como médico Jefe Asociado de la Decisión de Cirugía de Cuidados Intensivos.

«Cada día tengo que continuar explicando a las mamás y los papás que su hijo, que se fue esa mañana de casa, nunca volverá. Y cada vez que tengo que hacer eso, una parte de mí muere», comparte con LA RAZÓN, analizando sobre las matanzas: «Estas lesiones y muertes sin sentido se pueden prevenir y, como profesionales de la salud, tenemos la oportunidad y la responsabilidad de trabajar más allá».

Mientras, Joe Biden mantiene la esperanza de conseguir los votos necesarios del Congreso para una posible prohibición de armas de asalto. «La idea de que todavía permitimos la compra de armas semiautomáticas es enfermiza, simplemente es enfermiza. No tiene valor redentor ni social, cero, ninguno. Ni una sola justificación para ello», señaló desde Nantucket durante una visita por Acción de Gracias a la estación de bomberos de la localidad de Massachusetts.

A la espera de ser acusado formalmente el 6 de diciembre por asesinato en primer grado y crímenes de odio, el autor del tiroteo en la discoteca homosexual de Colorado, hace justo una semana, aparecía en un vídeo desde la cárcel. Anderson Lee Aldrich, de 22 años, se identificó como «no binario» ante los agentes policiales.

Apenas unos días después, se producían otros dos tiroteos masivos en el país. Los tres últimos de ellos causaban tres víctimas mortales en la Universidad de Virginia, estudiantes e integrantes del equipo de fútbol del centro educativo; otros cinco muertos y una veintena de heridos en el club gay de Colorado; y seis fallecidos más en la reciente matanza del Walmart de Chesapeake esta misma semana, también en Virginia. La epidemia de armas queda tan solo tres tiroteos masivos por detrás del recuento final de 2021.