Milagro en la selva
Los niños rescatados de la jungla, a su tío en el Hospital Militar de Bogotá: "Quiero caminar, pero me duelen los pies"
Los familiares explican que "la ropa se les rompió, se les pudrió y no tenían zapatos". También revelan que los niños oyeron a los rescatistas pero huyeron de ellos por miedo: "Se escondían en los troncos y corrían"
"Quiero caminar, pero me duelen los pies". La frase la dijo uno de los niños rescatados de la selva colombiana a su tío Dairo Juvenal Mucutuy, en Hospital Militar Central de Bogotá, donde los familiares de los cuatro menores de edad pudieron finalmente verlos. Los niños pasaron 40 días extraviados en el departamento de Caquetá luego de ser los únicos supervivientes de un accidente aéreo donde pereció su madre, y cuando fueron encontrados el Ejército los llevó a la capital para ser atendidos. Estaban débiles y deshidratados.
Darío Mucutuy calificó como "un momento alegre y triste" el encuentro con sus sobrinos, porque "vi a los niños salir del territorio con esa salud y volver a mirarlos así, fue tristeza, pero también maravilloso".
Los niños son Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4 años, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy de un año.
Por ahora se espera que continúen bajo cuidados médicos y restaurando su alimentación durante otras dos o tres semanas. Se ha informado que están siendo atendidos también por especialistas en psicología. Hasta ahora, según sus familiares.
La directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Astrid Cáceres, reveló que Soleini es la que más ha hablado y que Lesly habló de Wilson, un perro pastor belga que participaba de la operación de búsqueda. Según la niña, el animal sí dio con ellos y los acompañó, pero luego no saben a dónde fue. El Ejército desplegó unidades en la selva para dar con el paradero del canino. "Nuestra premisa como comandos: jamás se abandona a un compañero caído en el campo de combate. Avanza la Operación Esperanza", dijo el comandante de las Fuerzas Militares, general Hélder Giraldo.
La niña Cristín, de un año de edad, se encuentra estable pero es la que requiere mayor atención nutricional, que le será administrado por un mediano plazo. Ninguno de los rescatados tiene riesgo vital, informó el el médico mayor general Carlos Rincón Arango encargado del hospital.
Fidencio Valencia, tío abuelo de los niños, ha dicho que los pequeños no podían dormir bien hasta que fueron encontrados porque, "la ropa se les rompió, se les pudrió, ya no tenían zapatos. Andaban en punta de chanclas ellos estaban mal, estaban agotados".
Según Valencia, el rescate se tardó un poco más porque los niños escucharon el llamado de los rescatistas, pero optaron por esconderse, por miedo. "Por allá los perros, gritando. Se escondían en los troncos, eso era lo que ellos hacían, correr".
Por su parte, el general Pedro Sánchez, uno de los líderes de la búsqueda, explicó que encontraron unas huellas que "tenían una secuencia lógica" y les permitió orientar mejor el trabajo. El militar será el padrino de Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de apenas un año, cuando sea bautizada.
"Cuando íbamos en el avión venía hablando con don Manuel (el padre de los niños) compartiendo experiencias de cómo vio él desde su punto de vista la búsqueda, me dijo: ‘General, yo quiero que usted sea padrino de la niña, de la menor’. Le dije que sería un honor para mi. Nosotros (con su esposa) solamente tenemos un hijo de 9 años. En algún momento siempre quise adoptar alguno y, cuando llegué a la casa le dije a mi esposa que se hizo realidad, vamos a tener una hija, por llamarlo así, aunque tenga diferente apellido", contó el militar al medio local Noticias Caracol.
Sabiduría ancestral
El "milagro de la selva" solo fue posible gracias a la propia habilidad de los niños para sobrevivir en la jungla, y a la de los indígenas de aquellos lugares para encontrarlos aplicando saberes ancestrales.
Estos "hijos del monte", como los llamaba su abuelo, comieron fariña (harina de yuca) que había a bordo del avión accidentado y rescatando algo de la comida lanzada al azar por los helicópteros del Ejército. Pero también identificaron frutas, raíces y plantas que eran comestibles, además de algunas semillas, explicó Luis Acosta, responsable nacional de las guardias indígenas de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
"Son niños indígenas y conocen muy bien la selva. Saben qué comer y qué no. Lograron sobrevivir gracias a eso y a su fuerza espiritual", dijo Acosta, que participó en las operaciones de búsqueda. "Tenemos una conexión particular con la naturaleza", le dijo también a la agencia AFP Javier Betancourt, otro dirigente de la ONIC. "El mundo necesita esta relación particular con la naturaleza, favorecer a quienes, como los indígenas, viven en la selva y la cuidan".
A la búsqueda se sumaron también indígenas Nukak, los primeros en encontrar pañales, zapatos, un accesorio de celular, una tapa de un tetero y una toalla, que confirmaron que habían salido vivos de la avioneta siniestrada. Entre 73 y 92 indígenas participaron de la operación.
Utilizando machetes y pintura en aerosol, estos rescatistas dejaban marcas para guiar a los niños. Además, fueron clave para tratar rasguños, astillas, picaduras de insectos y dolor físico o agotamiento en los grupos de rescate dentro de la selva. Finalmente, un guardia indígena encontró a los niños en una zona que no había sido explorada.
El presidente Gustavo Petro alabó este "encuentro de saberes indígenas y militares" en favor del "bien común" y con "respeto por la selva". Se refería, por ejemplo, a que el Ejército grabó a la abuela de los niños pidiéndoles que no se movieran porque los estaban buscando, en lengua uitoto. La grabación era reproducida con ruidosos altoparlantes desde helicópteros militares.
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