Escalada

Taiwán recibe al ex jefe del Mando Indo-Pacífico de EE UU que alertó de una posible invasión china

El almirante retirado Phil Davidson advirtió que la incursión militar podría producirse en esta década

La presidenta de Taiwán ha recibido este jueves al almirante retirado de EE UU, Philip Davidson
La presidenta de Taiwán ha recibido este jueves al almirante retirado de EE UU, Philip DavidsonMAKOTO LIN / TAIWAN PRESIDENTIALAgencia EFE

La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, dio la bienvenida el jueves al antiguo jefe del Mando Indo-Pacífico de Estados Unidos, quien hace menos de dos años advirtió que la isla podría sufrir una invasión china en esta década, en un momento de tensión máxima en el que el continente aumenta sin cesar las presiones sobre la isla autogobernada. El almirante retirado Phil Davidson llegó el pasado lunes a Taipéi como parte de una delegación de seis miembros de la Oficina Nacional de Investigación Asiática (NBR), para debatir cuestiones de seguridad regional con líderes gubernamentales y académicos.

Como jefe del Mando Indo-Pacífico en 2021 y en vísperas de su jubilación, Davidson causó una gran conmoción internacional al asegurar en una comparecencia ante el Senado que China podría iniciar un conflicto militar con Taiwán en 2027. “Creo que la amenaza se manifestará durante esta década, de hecho, en los próximos seis años”, apuntó entonces. Aun así, subrayó que la acción no implicaría necesariamente una invasión en toda regla, sino que podría llegar en forma de bloqueo naval. El cálculo de 2027 se debe a que “Xi Jinping podría aspirar a un cuarto mandato al frente del Partido Comunista”, según Davidson, una ambición que el líder chino podría albergar tras conseguir un tercer mandato de cinco años como secretario general tras el congreso del partido celebrado en octubre del año pasado.

“Las tensiones en el estrecho de Taiwán se deben a las repetidas maniobras de las autoridades taiwanesas para buscar la independencia apoyándose en EE UU. Washington debe cumplir su compromiso de no apoyar la soberanía de la isla”, declaró el ministro de Asuntos Exteriores chino después de que la líder taiwanesa se entrevistara con el almirante retirado.

Las amenazas en torno a Taiwán -que China considera una provincia renegada que debe ser devuelta al redil, por la fuerza si es necesario- alcanzaron nuevos máximos el año pasado, cuando Pekín realizó maniobras militares masivas tras una visita de alto nivel a la isla de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.

A finales de enero, en declaraciones a medios japoneses, Davidson añadió más leña al fuego aseverando que “cualquier conflicto potencial” incluiría “un ciberataque masivo, un bombardeo masivo de misiles, un bloqueo de Taiwán y la posible toma de una isla exterior, además de un ataque total por parte de China”.

En los últimos meses, ha habido indicios de que la valoración inicial del almirante, a la que se restó importancia parcialmente en aquel momento, ha adquirido más resonancia en la Casa Blanca.

En octubre, el jefe de la Marina estadounidense advirtió de que elEjército debe estar preparado para la posibilidad de una invasión antes de 2024. Días antes, el secretario de Estado, Antony Blinken, afirmó que Pekín estaba “decidida a perseguir la unificación en un plazo mucho más rápido” tras decidir que el statu quo sobre Taiwán “ya no era aceptable”.

Cazas chinos en protesta

Este aparente cambio “muestra la creciente sensación de urgencia provocada por las muy perniciosas actividades chinas no sólo en torno a Taiwán, sino en toda la región”, afirmó Davidson, que actualmente es miembro del comité asesor de la Fundación Sasakawa para la Paz, un think tank de Washington.

La reacción china a la visita de Davidson no se hizo esperar. Un total de 23 aviones militares chinos y cuatro buques de guerra fueron detectados en zonas próximas a Taiwán entre el 1 y el 2 de febrero, según el Ministerio de Defensa Nacional. En un comunicado, el ministerio afirmó que 17 de los 23 aviones se habían dividido en grupos para cruzar la línea mediana del estrecho de Taiwán, además de volar hacia el suroeste de la zona de identificación de defensa aérea (ADIZ).

Aunque la ADIZ es un espacio aéreo internacional, actúa como una zona de amortiguación, y los militares taiwaneses a menudo se ven obligados a responder con aviones de combate y buques, poniendo a prueba el temple de Taipéi y añadiendo desgaste a su equipo. Se cree que algunas de las incursiones, que Pekín ha denominado “ejercicios de ataque”,han simulado ofensivas contra fuerzas taiwanesas y estadounidenses.

Taiwán controla varias islas cercanas a China, entre ellas las de Kinmen y Matsu, situadas a unos 10 kilómetros de la costa continental, así como el atolón de Pratas, en el Mar de China Meridional. Todas estas islas están habitadas, pero sólo están ligeramente defendidas.

Se teme que Pekín podría invadir algunas de ellas. De hecho, un alto cargo de seguridad taiwanés declaró en noviembre de 2021 que China había debatido internamente la posibilidad de atacar el atolón de Pratas, pero decidió no hacerlo antes de 2024, cuando concluye el mandato de la presidenta Tsai. Algunos observadores afirman que el gigante asiático podría tratar de desplegar una “estrategia escalonada” con las islas periféricas, como parte de una invasión mayor. O simplemente podría utilizar el impacto psicológico de tomar tierras tan cerca de la isla principal para presionar.