Guerra de Ucrania

La destitución de un general ruso crítico con la cúpula militar evidencia la fractura del Ejército de Putin

El comandante Iván Popov ha sido purgado por denunciar la falta de artillería y el elevado número de bajas rusas en el frente de Zaporiyia

In this photo released by Russian Defense Ministry Press Service on Thursday, June 8, 2023, Maj. Gen. Ivan Popov, the commander of the 58th Army, is seen in a photo at an undisclosed location. Popov said in a statement to his troops that he was dismissed after speaking out about the problems faced by his troops on the battlefield in Ukraine, a sign of new fissures in the Russian military command following a brief rebellion by mercenary chief Yevgney Prigozhin. (Russian Defense Ministry Press ...
Russia General DismissedASSOCIATED PRESSAgencia AP

“Había que elegir entre permanecer callado y temeroso y decir lo que querían oír, o llamar a las cosas por su nombre. En tu nombre, en nombre de todos los compañeros de armas fallecidos, no tenía derecho a mentir. Por eso nombré todos los problemas que existen hoy en el Ejército”, explicaba el general de división Iván Popov en un mensaje de voz de cuatro minutos de duración difundido a través de la red social Telegram. El ya excomandante del 58º Ejército de las Fuerzas Armadas de Rusia, destinado en la inflamada región de Zaporiyia, epicentro de la contraofensiva ucraniana, denunciaba la falta de apoyo de artillería y el elevado número de bajas entre sus filas.

La grabación acabó en manos del diputado de Rusia Unida, Andrey Gurulyov, un veterano excomandante del Ejército conocido por su presencia habitual en los platós de televisión y su acérrima defensa del régimen de Vladimir Putin, que decidió compartirla en su canal de Telegram para señalar públicamente la “traición” del oficial contra el alto mando. En cuestión de horas, según los blogueros militares, el jefe del Estado Mayor del Ejército, Valeri Guerásimov, reaccionó anunciando el cese del general Popov. Una destitución sobre la que el Ministerio de Defensa del también cuestionado Serguéi Shoigú todavía no se ha pronunciado.

En el audio, Popov hacía hincapié en la ausencia de sistemas de contrabatería para repeler los ataques de artillería ucranianos, así como en la falta de inteligencia militar. “Llamé la atención sobre la tragedia más importante de la guerra moderna: la falta de fuego de contrabatería, la falta de estaciones de reconocimiento de artillería y las bajas y heridas masivas de nuestros hermanos a causa de la artillería enemiga”, se justifica el excomandante, que fue duramente criticado por “alarmismo y chantaje a los altos mandos” por el propio Guerásimov.

A pesar de las debilidades, añade Popov, el Ejército ucraniano “no pudo romper nuestras filas en el frente, pero nuestro jefe superior nos golpeó por la retaguardia, descabezando con saña al Ejército en el momento más difícil e intenso”. De acuerdo con las palabras del general de división purgado, “los altos mandos intuyeron algún tipo de peligro por mi parte y se inventaron rápidamente una orden del ministro de Defensa en un solo día y se deshicieron de mí”.

“Popov también se quejó de la falta de rotación”, apunta en conversación con LA RAZÓN el analista principal para Rusia del International Crisis Group, Oleg Ignatov, quien cree que la rebelión armada protagonizada por el líder de Wagner, Yevgeny Prigozhin, demostró que muchos militares rusos están descontentos con la forma en que la cúpula militar rusa conduce la guerra. La reciente muerte en combate del teniente general Oleg Tsokov, otro general más que pierde la vida en Ucrania, echa más leña al fuego.

“Están descontentos con la escasez de reservas, municiones y armas modernas”, explica Ignatov. “Estos son, en efecto, los problemas del Ejército, y vemos que se abordan mal, también porque Putin no quiere llevar a cabo una nueva oleada de movilizaciones, con la esperanza de que las Fuerzas Armadas dispongan de personal suficiente para repeler la contraofensiva ucraniana. Pero esto tiene un impacto negativo en la moral del Ejército, que ya se encuentra bajo una fuerte presión”.

Popov se hace eco en su mensaje de las mismas quejas que han expresado en los últimos meses los mercenarios de Wagner a través de Prigozhin. El oligarca centró sus críticas en las figuras de Guerásimov y Shoigú, evitando colocar a Putin en el centro de la diana, hasta que decidió levantarse en armas contra el Ejército regular y enviar sus columnas hacia Moscú para forzar un cambio. El presidente ruso, sin embargo, no ha modificado su hoja de ruta y mantiene en sus puestos tanto al jefe del Estado Mayor como al ministro de Defensa, dos firmes aliados en los que confía.

El pronunciamiento de Popov ha hecho saltar las alarmas en el Kremlin. El hecho de que un comandante del Ejército regular, con experiencia de combate en Ucrania, airee sus críticas en público contra la cúpula militar, ya de por sí señalada, podría motivar a otros oficiales a levantar la voz. O a otros políticos. Ese ha sido el caso, precisamente, de Andrey Turchak, secretario general de Rusia Unida, el partido de Putin, que salió en defensa de Popov por “tener la conciencia limpia” y criticó a su compañero de filas por hacer de las declaraciones del general un “espectáculo político”. “La declaración del general Popov no fue pública y se envió en chats cerrados de los mandos y las tropas del 58º Ejército. Que el hecho de que... Gurulyov, de alguna manera, se enterara de esto e hiciera un espectáculo político de ello, permanezca en su conciencia”, señaló.

Oleada de detenciones tras el motín de Wagner

Unas horas después de que finalizara, gracias a la inesperada mediación del autócrata bielorruso Alexander Lukashenko, el motín armado de Wagner a las puertas de Moscú, el influyente Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas) detuvo a varios oficiales de alto rango del Ejército ruso, entre ellos el desaparecido general Serguéi Surovikin, de acuerdo con el Wall Street Journal. El jefe de las Fuerzas Aeroespaciales, visto por última vez en un vídeo publicado en mitad de la rebelión de Prigozhin, en el que pedía con cierto nerviosismo detener las hostilidades, era conocedor de los planes del oligarca, según adelantó The Washington Post.

Por eso, Surovikin, conocido como “general Armagedón” por su estilo de guerra destructivo en Siria, permanecería detenido en Moscú. Todavía no ha sido acusado de ningún delito, pero está siendo interrogado para esclarecer su grado de implicación en el que es considerado el mayor desafío al liderazgo de Putin en sus 23 años en el poder, recoge el WSJ. El único mensaje sobre Surovikin que procede del entorno del Kremlin emitido en los últimos días ha sido el del jefe de la comisión de Defensa de la Duma, Andrey Kartapolov, quien dijo sucintamente que el general “estaba descansando” y que no estaba “disponible”.

Surovikin no ha sido el único señalado. El coronel general Andrey Yudin y el jefe adjunto de la inteligencia militar, el teniente general Vladimir Alexeyev, también fueron detenidos en el marco de la rebelión, aunque puestos en libertad poco después. Los dos siguen apartados de sus funciones y bajo observación, según el rotativo estadounidense. Otro de los purgados es Mijaíl Mizíntsev, hasta el pasado mes de abril viceministro de Defensa, que pasó a formar parte del Grupo Wagner después de su cese.

“Si es cierto que estos generales han sido detenidos, es el resultado del motín de Prigozhin, no una reacción a los problemas del Ejército ruso”, traslada a este periódico Ignatov. “Hasta ahora, no vemos ninguna acción para abordar estos problemas. Parece que a Shoigú y Gerásimov les gusta decirle a Putin lo que quiere oír. Esto se desprende de las palabras de Popov y Prigozhin. Si el comandante en jefe supremo no está informado sobre la situación en el Ejército o trata de restar importancia a sus problemas, puede acarrear malas consecuencias”.