Racismo

Conmoción en Italia por el asesinato de un vendedor nigeriano en plena calle

Alika Ogorchukwu, de 39 años, con mujer y un hijo de 8, murió el viernes a manos de un italiano al que pidió limosna

Una mujer deposita un ramo de flores en lugar donde fue asesinado Alika Ogorchukwu en Civitanova
Una mujer deposita un ramo de flores en lugar donde fue asesinado Alika Ogorchukwu en CivitanovaChiara GabrielliAgencia AP

El asesinato del vendedor nigeriano Alika Ogorchukwu a plena luz del día en el centro de la ciudad italiana de Civitanova Marche (centro de Italia) ha conmocionado al paísen plena campaña electoral, con críticas a la “indiferencia” de quienes asistieron al crimen sin intervenir.

“El asesinato de Alika Ogorchukwu sobrecoge. La ferocidad inaudita. La indiferencia extendida. No puede haber justificaciones ni basta el silencio. El último ultraje a Alika sería pasar página y olvidar”, denunció el líder del Partido Democrático, Enrico Letta.

Ogorchukwu, nigeriano de 39 años, con mujer y un hijo de 8, murió en la tarde de ayer viernes a manos del italiano Filippo Claudio Ferlazzo, de 32, ya en prisión acusado de homicidio voluntario y robo, dado que se llevó el teléfono de la víctima.

El nigeriano, vendedor ambulante, se encontraba en la centrica calle Umberto I de Civitanova Marche, puerto turístico en la costa del Adriático, cuando fue agredido por el italiano.

Se desencadenó así una pelea en la que el italiano asestó varios golpes a Ogorchukwu hasta tirarlo al suelo y después se puso sobre él hasta acabar con su vida, tal y como se aprecia en los vídeos que los viandantes realizaron.

El portavoz del cuerpo de policías de Macerata (centro), Matteo Luconi, explicó que, aunque la investigación sigue abierta, por el momento no hay elementos que permitan atribuir el crimen al racismo, sino que “parece que surgió” cuando la víctima pedía limosna.

Según la primera reconstrucción, ilustrada en una rueda de prensa, Ogorchukwu se acercó a su agresor para pedirle dinero y este, tras negárselo, le golpeó hasta la muerte.

El homicida ha pedido “perdón” a la familia de Ogorchukwu a través de su abogado y alegó que la riña surgió porque este “pedía insistentemente limosna” y porque agarró del brazo a su novia, que le acompañaba en ese momento y que ya ha declarado como testigo.

Para la familia de Ogorchukwu “las disculpas de Ferlazzo no son suficientes”. “Ahora solo necesitamos justicia y no venganza. Es difícil entender lo que pasó”, ha apuntado un abogado y portavoz de la familia, Francesco Mantella. El abogado se ha preguntado “qué hubiera pasado si Alika hubiera sido italiano o estadounidense”.

“Si hay un dictamen psiquiátrico que encaje en las causas del asesinato de Alika, hay que reflexionar: si Ferlazzo tenía un tutor, parece que era la madre, ¿por qué no estaba supervisado? Habrá que iniciar una serie de comprobaciones”, ha argumentado Mantella.

Condena unánime

El homicidio ha conmocionado al país, en plena campaña electoral para las elecciones generales del 25 de septiembre, y numerosas personas, entre ellas la comunidad nigeriana, se congregaron en Civitanova Marche o Ancona para pedir justicia.

La asociación de Sant’Egidio, dedicada a la acogida de refugiados en Italia, lamentó estos hechos y llamó a “detener la violencia pero también la violencia que abre el camino”. “Es un episodio que ha ocurrido en una calle normalmente llena de gente, en el pleno centro de Civitanova Marche. Hay incluso quien lo ha grabado, otros gritaron al agresor, pero nadie intervino”, denunció la organización.

El ministro de Sanidad en funciones, Roberto Speranza, aseguró que “la indiferencia es tan grave e injustificable como la violencia”.

Incluso los líderes ultraderechistas Matteo Salvini y Giorgia Meloni, siempre críticos con la inmigración, lamentaron el crimen y auguraron que “la condena sea la máxima posible” para el agresor.