Francia

Macron no cede: "Estoy dispuesto a asumir la impopularidad" de la reforma de las pensiones

El presidente francés rompe su silencio tras salvar por la mínima la moción de censura contra su gobierno y asegura que entre los sondeos o el interés nacional, elige lo segundo

Durante media hora y sentado frente a dos jóvenes periodistas de los canales más vistos de Francia, Emmanuel Macron sólo ratificó su posición: no habrá retiro de la polémica Reforma de Jubilaciones.

“La reforma seguirá su camino constitucional”, asegura el presidente francés ante Julien Bugier y Marie Sophie Lacarrau en el Palacio del Elíseo. “El texto fue presentado por el gobierno, fue sometido a 175 horas de debate en el Congreso, ha sido modificado y enriquecido por la Comisión Mixta de senadores y diputados y finalmente aprobado por el Senado. Hoy se encuentra en el Consejo Constitucional y sólo queda esperar a que este se pronuncie” termina Macron, muy seguro de que podrá promulgar la Reforma de Pensiones en septiembre, incluyendo el artículo 7 que plantea el retraso de la edad de retiro de 62 a 64 años y que mantieneencendido al país.

“¿Usted cree que a mí me gusta esta reforma? Pues no. ¿No cree que yo hubiese preferido barrer ese problema bajo la alfombra, como hicieron otros antes de mí? Pues quizás sí”, dice el mandatario, argumentando que el número de pensionados va en franco aumento y se está convirtiendo en una carga pesada para el Estado. Hace 20 años, se contaban diez millones de pensionados, hoy en día se registran 17 millones y para la década de 2030, se calcula que aumentarán a 20 millones. Macron menciona igualmente que los jóvenes comienzan hoy su vida laboral mucho más tarde que sus padres y abuelos.

“Somos una gran nación y un pueblo viejo. El sistema de repartición social ya no está en equilibrio. Yo mismo no estoy contento con esta reforma pero es necesaria” – asegura el presidente.

Macron defiende que la implementación de la Reforma de Jubilaciones este mismo año permitirá que 1.8 millones de pensionados reciban un aumento de 600 euros anuales y que pueda comenzar a retrasarse la edad de retiro paulatinamente.

También enumera las alternativas que se habían manejado para mantener el equilibrio del Sistema Social de Repartición y que finalmente fueron descartadas: aumento de impuestos, incremento de cotizaciones actuales de los trabajadores, reducción de los montos de jubilación. “No hay 36 soluciones. Y la fórmula mágica que proponen los detractores de esta reforma es el déficit. Son aquellos que prefieren que sus hijos paguen ese déficit antes que decidir con coraje la reforma” – responde el mandatario.

Con respecto a la calle, Macron reconoce la “legitimidad” de las protestas que se producen hoy en Francia. Respeta la autoridad de los sindicatos y la estructura con la que han organizado huelgas y manifestaciones, pero acusa a “ciertos grupos” de ejercer una violencia extrema y de agredir a diputados y alcaldes. “Cuando no se respetan las reglas, ya no hablamos de democracia. Hay que escuchar el descontento pero no se puede aceptar a estas facciones”, remata Macron.

“Mentiras y desprecio” dicen los opositores

“El presidente sólo tenía que decir cuatro palabras: Yo retiro la reforma” - fustigó la diputada de extrema izquierda, Mathilde Panot, calificando al presidente Macron de “desubicado, mentiroso, irresponsable y arrogante”.

Como era de esperarse en un ambiente tan caldeado como el que se vive en Francia, las reacciones a la entrevista de Macron explotaron inmediatamente.

El presidente de la comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional y diputado de La Francia Insumisa, Eric Coquerel, fustigó a Emmanuel Macron y llamó a la calle: “Muchas palabras para nada. Macron pretende ser el único representante de los intereses de la nación, en contra del pueblo, los sindicatos y la mayoría de la asamblea. Respondamos a esta inútil intervención en la calle” - dijo Coquerel en un tuit.

Olivier Faure, del Partido Socialista, acusó a Macron de insultar la historia de Francia al negar legitimidad a la expresión popular. “Macron está vaciando el bidón en un incendio que él mismo había encendido", remató Faure.

Sebastien Chenu, diputado de extrema derecha y vice-presidente del Parlamento, fue mucho más sarcástico: “Nunca los pobres han sido tan felices. ¡Nunca los franceses se han sentido tan contentos!”

Por el lado sindicalista, el líder de la CGT, Philippe Martínez, calificó las declaraciones de Emmanuel Macron como “una burla y un desprecio” para los millones de personas que están manifestando en la calle. “Parece que el presidente vive en la luna: ‘Todo está bien, estoy haciendo todo bien, no pasa nada en la calle’. No hay respuesta” - denunció Martínez.

Por su parte, el secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo, Laurent Berger, acusó al presidente de haber mentido sobre la posición de la CFDT en materia de pensiones, "para ocultar su incapacidad de encontrar una mayoría para aprobar por su reforma injusta".

Esto, en respuesta a las declaraciones de Macron en las que relataba que Berger había planteado a su propia gente aceptar el retraso de la edad de jubilación: “No aceptaron su propuesta, pero él tenía la voluntad de trabajar más. Tampoco hicieron ninguna contrapropuesta”.

Laurent Berger calificó las declaraciones de Macron de "palabras huecas" y le acusó de haber tomado la palabra, no para apaciguar la situación sino para explicar “que todos los demás habíamos entendido mal”.

Por ahora, la expectativa está puesta en la gran huelga general que se ha convocado para este jueves 23 de marzo y que involucra sectores vitales del funcionamiento del país: transporte urbano, ferrocarriles, administración pública, maestros, recolectores de basura, trabajadores petroleros y líneas aéreas. También se esperan fuertes manifestaciones de calle en toda Francia.

La posición férrea de Macron está lejos de calmar los ánimos y él lo sabe: “Entre los sondeos y los intereses del país, elijo los intereses del país. Y estoy dispuesto a asumir esa impopularidad”.