Oro

La sorprendente razón por la que Portugal supera a España en reservas de oro

La economía portuguesa es menor que la española, aun así, el país vecino ha logrado conservar sus reservas del metal precioso

Lingotes de oro
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En un contexto global marcado por la incertidumbre económica y geopolítica, el oro ha resurgido como un activo estratégico clave para muchos países. Tradicionalmente considerado un refugio seguro, el metal precioso sigue desempeñando un papel fundamental en la estabilidad financiera de las naciones. Las reservas de oro permiten a los bancos centrales respaldar sus políticas monetarias, estabilizar sus monedas y diversificar sus activos frente a la volatilidad de los mercados. Además, en tiempos de crisis, el oro actúa como una garantía de solvencia y un símbolo de confianza internacional.

En este escenario, resulta llamativo que Portugal, cuya economía es notablemente más pequeña que la española, cuente con mayores reservas de oro. Según datos de Trading Economics, Portugal posee 382 toneladas de oro, frente a las 281 toneladas que mantiene España.

Esta diferencia se vuelve aún más significativa al comparar algunos indicadores macroeconómicos clave. En 2024, el Producto Interior Bruto (PIB) de España ascendió a 1.591.627 millones de euros, con un PIB per cápita de 32.590 euros. Portugal, en cambio, registró un PIB de 285.189 millones de euros y un PIB per cápita de 26.700 euros.

¿Por qué Portugal tiene más oro?

La principal razón por la que Portugal conserva mayores reservas de oro que España radica en las decisiones estratégicas tomadas por ambos países a lo largo del tiempo. Aunque ambas naciones acumularon riqueza en oro durante la era colonial, sus políticas respecto a este recurso han sido muy distintas.

Uno de los episodios clave en la historia española se remonta a la Guerra Civil. Hasta entonces, España figuraba entre los países con mayores reservas de oro del mundo, en concreto, el cuarto. Sin embargo, la entrada del bando sublevado en Madrid llevó al gobierno de la República a trasladar gran parte del oro almacenado en el Banco de España a la Unión Soviética, en un episodio conocido como el "Oro de Moscú". La finalidad y el destino final de esas reservas siguen siendo motivo de debate entre historiadores.

Otro momento determinante se produjo en 2007, cuando el Gobierno español decidió vender 4,3 millones de onzas de oro -aproximadamente un tercio de sus reservas- en un intento por diversificar sus activos y obtener mayor rentabilidad.

En contraste, Portugal ha mantenido una política conservadora en este ámbito, apostando por preservar el oro como un activo esencial para garantizar la estabilidad económica. Esta estrategia ha permitido al país contar con un colchón financiero ante posibles crisis, reforzando su imagen de solvencia en el escenario internacional.