Marruecos
El túnel que une España con Marruecos cada vez más cerca: podría reordenar el mapa económico de la zona
El túnel bajo el Estrecho de Gibraltar entra en fase decisiva
Durante más de tres décadas, el proyecto de unir las dos orillas del Estrecho de Gibraltar mediante un túnel submarino quedó relegado a informes y despachos. Sin embargo, la situación cambió en abril de 2023, cuando España y Marruecos retomaron oficialmente la iniciativa tras 14 años de parálisis.
La decisión vino acompañada de un fuerte impulso financiero: la empresa pública Secegsa, responsable de los estudios de viabilidad, pasó de manejar apenas 100.000 euros en 2022 a recibir más de 4,7 millones en 2024, en parte gracias al apoyo del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea.
Un túnel submarino de 60 kilómetros
El diseño elegido contempla un túnel ferroviario exclusivo, descartando la opción de habilitarlo también para vehículos. El recorrido total alcanzará los 60 kilómetros, de los cuales 28 discurrirán bajo el mar, convirtiéndolo en uno de los más largos del planeta y superando incluso al Eurotúnel que une Francia y Reino Unido (50,5 km).
Tras evaluar varias alternativas, los ingenieros optaron por la llamada ruta del Umbral, menos profunda que la del Cañón. El trazado atravesará el Umbral de Camarinal, con un descenso máximo de 300 metros bajo el lecho marino, lo que reduce la complejidad técnica frente a otras opciones.
Estudios técnicos en marcha
Para avanzar con garantías, se han puesto en marcha dos investigaciones clave:
- Estudio geotécnico del Umbral de Camarinal: adjudicado a Herrenknecht Ibérica, filial de la multinacional alemana líder en tuneladoras, que evalúa cómo excavar en condiciones de presión extrema y suelos inestables.
- Estudio sísmico del Estrecho: encargado a Tekpam Ingeniería, que analiza el comportamiento de la zona ante la actividad tectónica. Tras una interrupción por motivos de seguridad, los trabajos se retomarán y se espera que finalicen en septiembre de 2025.
Coste y retos por delante
Aunque el presupuesto definitivo sigue sin confirmarse, los cálculos oscilan entre 15.000 y 30.000 millones de euros. Más allá del aspecto económico, el proyecto enfrenta desafíos notables:
- La actividad sísmica de la región.
- Las fuertes corrientes marinas del Estrecho.
- La necesidad de coordinar legislaciones y normas técnicas entre España y Marruecos.
- El desarrollo de la red ferroviaria marroquí, aún pendiente de electrificación completa en el norte del país.
¿Cuándo podría inaugurarse?
El calendario es ambicioso pero prudente: en el mejor de los escenarios, el túnel no estaría en funcionamiento antes de 2040.
La primera fase prevé la construcción de una única galería con doble sentido de circulación. Posteriormente, se añadiría una segunda galería para separar el tráfico y mejorar la capacidad de transporte.
Una obra con impacto global
Más allá de la magnitud técnica, la infraestructura se presenta como un hito estratégico:
- Creará un nuevo eje intercontinental entre Europa y África.
- Reducirá los tiempos y costes del transporte de mercancías.
- Impulsará el turismo y la cooperación internacional.
- Contribuirá a integrar al Magreb en los grandes corredores logísticos europeos.
La reactivación del proyecto del Estrecho no solo representa un reto de ingeniería, sino también un gesto político y económico. Por primera vez en décadas, los avances técnicos, la voluntad de dos gobiernos y el apoyo financiero europeo parecen alinear las piezas necesarias para que este viejo anhelo se convierta en realidad.
Si logra sortear sus múltiples desafíos, el túnel no solo unirá dos países: podría redefinir el mapa de las relaciones entre Europa y África en el siglo XXI.