Cuidado del cabello
Cómo reparar las mechas rojizas y anaranjadas sin cortarte el pelo
Acabar con el color panocha que ha dejado el verano en tu cabello es posible
Érase una vez, una chica muy cabezona que decidió que quería ser rubia, fuera como fuera. Le daba igual lo que le dijera su madre, los peluqueros del mundo y las webs de consejos: ELLA QUERÍA SER RUBIA. Tras no sé cuántos mil intentos, fracasos, cortes de pelo para rescatar el desastre, visitas a mil peluquerías, decoloraciones, mechas, 'balayages' por doquier y, al final… ¡lo consiguió! Con mucha paciencia, tiempo y dinero (todo hay que decirlo) consiguió su soñado tono rubio. Entonces, se bañó tres veces en la piscina y todo se fue al traste. Obviamente, esta historia es completamente real y fue un completo dolor de cabeza hasta que una servidora se dio cuenta de un par de cosas.
Hay dos cosas fundamentales que hay que tener en cuenta cuando nos ponemos rubias:
1.No todos los rubios nos sientan bien a todas: por mucho que queramos llevar el color de cabello de nuestra 'influencer' favorita, el matiz de nuestro pelo va a marcar la hoja de ruta. Por eso es fundamental acudir a un especialista que nos haga un estudio de color, nos diga los subtonos que más nos favorecen y lleve a cabo las técnicas necesarias para que el tinte quede bonito y natural. Si dejamos de lado nuestra cabezonería, nos daremos cuenta de que nos favorece mucho más que la idea inicial que teníamos.
2. La calidad de la coloración es muy importante: si queremos un cambio de 'look', más o menos extremo, aclarando nuestro cabello, eso de ir al supermercado a comprar el tinte para aplicarlo en casa no es la mejor opción. Esos productos están pensados para cubrir canas, retocar el color o para casos puntuales. Pero para llevar a cabo una coloración de esta envergadura, desde cero, tenemos que acudir a un experto en color. Además, la calidad de los productos también condiciona el desgaste del propio cabello, la duración del color con el paso del tiempo y cómo este evoluciona cuando va 'apagándose'.
Además de todo esto, tras el verano, con el sol, el cloro y otros agentes externos, el rubio puede ir cambiando hacia ese tono panocha del que todas huimos cuando nos gustan los rubios fríos. Para ello, hay que tener en cuenta que el pelo hay que protegerlo. Por eso es fundamental, aplicar protectores térmicos para el sol y herramientas de calor, y evitar la exposición del cabello (y su porosidad) a los agentes químicos como el cloro (que no solo están presentes en verano, también en las piscinas cubiertas). Además, según el color que llevemos, debemos apostar por champús o mascarillas morados o azules cuyos pigmentos neutralizadores evitan que aparezcan los tonos naranjas.
Cómo reparar las mechas anaranjadas sin cortarte el pelo
¿Qué pasa si ya lo tienes naranja? Para ello existen los 'toners' o matizadores que corrigen el color del cabello. Es una opción excelente para arreglar los colores sin dañar el cabello. Otra opción. Un baño de color también es otra opción, seguido de un tratamiento hidratante y reparador para acabar con los excesos del verano en el cabello. Otra opción —que además ha sido tendencia en los últimos tiempos—, son las mechas inversas o 'lowlights', que consisten en agregar mechones más oscuros para equilibrar los tonos. Esto aporta un tono más natural sin necesidad de cortar el pelo. Eso sí, lo mejor siempre es acudir a un experto que va a solucionar el problema de forma rápida y eficaz, como hizo Vicky Martín Berrocal con su cambio de look revitalizante tras el verano. En cualquier caso, es bastante probable que el peluquero te recomiende cortar un poco las puntas para sanear, pero no hace falta cortar mucho.
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