Así como si no me diera cuenta
Papa paparazzi
Cada vez se vuelven más comunes las fotos "plandid" (es decir, que parecen no posadas, pero en realidad fueron planeadas) de los famosos.
Si has leído el titular entonando la canción de Lady Gaga, estamos en sintonía. Pero mientras la cantante analizaba la problemática de la persecución que roza el acoso y que rodea a las celebrities, nosotros queremos enfocar –nunca mejor dicho– el momento paparazzi de otra manera. Nos interesa la fascinación que tiene la industria de la moda con el fenómeno visual que proporcionan los fotógrafos “de calle”. Es algo que en la jerga de las agencias de fotos se denomina como candids o candid shots, y que se podría traducir como “fotos no posadas” por no usar la palabra “robadas”.
Importante no confundirlo con el término streetstyle. Los puristas explicaran que el estilo streetstyle engloba retratos a personas que saben que se les está fotografiando y cuya foto ha sido previamente pactada o que en todo caso existe un permiso verbal. Como excepción, un contexto como un evento o desfile de moda al cual se acude sabiendo que si vas con un look interesante puede que te disparen una foto y acabes saliendo en la sección de looks de una revista online.
Volviendo a los candids, que es lo que nos incumbe, son aquellas fotos de famosos pillados en la calle, viviendo su mejor vida, haciendo recados mundanos, posiblemente con un café y un móvil sin funda en mano (en la misma mano). No vamos a entrar en si fueron ellos mismos los que llamaron a la prensa compartiendo su location y así promocionar gratuitamente su centro de pilates de turno o su nuevo gloss. Sea como sea, una foto de la youtuber Emma Chamberlain con smoothie de la tienda de alimentación norteamericana Erewhon y estilismo de calle ultraestudiado, será compartida más veces que las de un aburrido photocall de un evento al cual le han pagado por acudir. Para que nos entendamos, si la marca que patrocina el evento fuese de refrescos e hicieran una comparativa, el retorno del batido de Erewhon sería mayor que el suyo y más rentable. En vez de luchar contra este fenómeno, las marcas de lujo han visto aquí una oportunidad. Por ello, llevamos viendo desde hace tiempo campañas de publicidad con celebrities que recuerdan más a fotos de paparazzi que a las que se suelen hacer en estudio. Y si no, que se lo digan a los creativos de Karl Lagerfeld que acaban de retratar a la modelo Amber Valletta en situaciones tan cotidianas como saliendo de su coche o paseando por Venice Beach. ¿El motivo? El lanzamiento de una exclusiva cápsula Pre Fall 24 de bolsos sostenibles, elaborados en un material vegetal sin plástico.
Aunque hay que decir que en Bottega Veneta fueron un paso más allá. En vez de contratar a fotógrafos para disparar las fotos de su campaña de pre Spring 24, lanzaron a sus modelos a las calles de California, enfundados en prendas y accesorios de la marca, y dejaron que sucediera la magia. ¿Sus modelos? Kendall Jenner y A$AP Rocky. ¿Los fotógrafos? Los mismos paparazzi de Los Ángeles que siempre los persiguen. ¿La genialidad? Le compraron la licencia de las imágenes a las agencias Getty y Backgrid. ¿El resultado final? Promoción orgánica (léase gratis) en RR. SS.
Una parte del discurso deseado es el dar esa ilusión de “lujo accesible” (un oxímoron donde los haya), ya que vemos la ropa en un entorno mundano. Y ya para cerrar el círculo, Loewe, que decidió realizar las fotos de pre otoño invierno 24 de su look book con un iPhone… aunque sujetado por un fotógrafo de la talla de Juergen Teller. Siempre hay trampa fashionista. Para rematar Marc Jacobs se lleva la palma con su campaña para RR. SS. del bolso The Camo Jacquard Snapshot Bag. Usó nada menos que grabaciones obtenidas de las cámaras de seguridad de su oficina de Spring Street, que “pillaron” a famosos como Dakota Fanning o el cantante Lil Uzi Vert hablando por teléfono o bailando en las mesas. Todo con consentimiento de grabación y difusión previo, por supuesto. Y contrato. Y factura proforma. E IVA. El lujo no sabemos, pero el pago de impuestos sí que es algo con lo que todos nos sentimos identificados.
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