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Biometano: residuos orgánicos que se transforman en energía

Alimentar tu coche o hacer funcionar la industria con energía renovable generada a partir de desechos orgánicos no es una utopía gracias, entre otros, al biometano. Además, se trata de un sustituto del gas natural que puede inyectarse en la red gasística existente

Biometano Repsol
España está entre los tres países comunitarios de la UE con mayor potencial para la producción de biometanoDreamstime

¿De qué modo se pueden aprovechar los residuos orgánicos? Al tratar de responder esta pregunta, lo más probable es que lo primero que nos venga a la mente sea el compostaje: convertir los desechos de la industria ‘agroganadera’, como restos de fruta o estiércol en fertilizante. No obstante, existe otra forma de darle una segunda vida a los restos orgánicos procedentes de los cultivos, de las granjas y de la basura que cualquier ciudadano genera en su casa. Hablamos del biometano.

El biometano es un gas renovable perfectamente intercambiable por el gas natural de origen fósil. Esto es: se puede inyectar en la red gasística existente y, por lo tanto, es posible distribuirlo y utilizarlo en todas las aplicaciones habituales del gas natural, desde la caldera de una vivienda, hasta los procesos industriales. También puede utilizarse como combustible para vehículos propulsados por autogás, en pos de avanzar hacia una movilidad descarbonizada. Estas características lo convierten en una solución clave en un escenario geopolítico como el actual, pues podría contribuir a reducir la gran dependencia energética de Europa del suministro ruso.

En este sentido, la Unión Europea presentó en mayo el plan RepowerEU para robustecer y descarbonizar su sistema energético, que fija el objetivo de producir hasta 35.000 millones de metros cúbicos de biometano para 2030. Además, la Comisión Europea sitúa a España entre los tres países comunitarios con mayor potencial para su producción. Desarrollarlo podría ser una gran oportunidad para el mercado español.

Pero, ¿cómo se consigue este gas? El biometano se obtiene a partir del biogás, una energía renovable que se genera tras procesar los desechos orgánicos. En concreto, se consigue cuando los microorganismos descomponen el material biodegradable de los desechos orgánicos en ausencia de oxígeno. El producto resultante es una mezcla de gases formada fundamentalmente por metano o dióxido de carbono en diferentes proporciones, conocida como biogás.

Cuando hablamos de biometano estamos hablando de biogás purificado, biogás «mejorado» que se puede inyectar en la red gasista. «Para que así sea es necesario eliminar o separar el dióxido de carbono que acompaña al biogás», explica Vicente Bernal, científico sénior en la Dirección de Tecnologías para la Economía Circular de Repsol Technology Lab.

Infografía
InfografíaTania Nieto

Existen 146 plantas relacionadas con el biogás en España, según el IDAE. De ellas, 46 están asociadas a vertederos, 34 a estaciones de depuración de aguas residuales y solo 13 al sector agropecuario. Para Bernal, «el número de plantas asociadas al tratamiento de residuos agroganaderos es muy inferior al que deberíamos tener. Hay más proyectos en las ciudades que en el medio rural. Eso es algo que sorprende, porque realmente donde está el mayor potencial de producción de biogás en nuestro país, por disponibilidad de residuos, es el campo, el sector agroganadero».

El desarrollo del biogás en España ha sido modesto si lo comparamos con el resto de Europa, donde hay cerca de 19.000 instalaciones. «Se estima que podría haber residuos agroganaderos como para tener unas 2.000 plantas en todo el país, y tenemos menos de la décima parte. Estamos muy lejos de alcanzar la producción potencial máxima de biogás que podríamos generar».

La gran barrera a la que se ha enfrentado el desarrollo del parque de biometano europeo ha sido el precio. Sin embargo, en la actualidad el gas natural está más caro que el biometano. «Ya hemos visto que un evento externo puede generar inseguridad con respecto al suministro energético. Esto no sucedería con el biometano, pues son países más estables de la Unión Europea, como Francia, Italia o Alemania quienes lo producen en mayor cantidad», explica Xavier Flotats, profesor emérito de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña y una autoridad en la materia en España en biogás. «Aun así, la inversión pública y una legislación favorable son esenciales para su despegue, al igual que se hizo antes con la eólica o la fotovoltaica».

Plantas de biometano
Plantas de biometano DreamstimeDreamstime.com

España ya se ha puesto manos a la obra. Ya en marzo, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) trazó la Hoja de Ruta del Biogás para que la producción actual se cuadruplique en ocho años, hasta 2030. Para ello, se abrió la primera línea de ayudas, por 150 millones de euros, destinada a favorecer el desarrollo de esta industria. En concreto, el Miteco indica en la convocatoria que el biometano «puede desplazar gradualmente al gas natural de origen fósil, especialmente en aplicaciones difícilmente electrificables como el transporte pesado o la industria, lo que permitirá reducir la dependencia energética de nuestro país y mejorar la seguridad de suministro».

Cabe añadir que ya existen proyectos de valorización de biometano implantados desde hace un tiempo en España, como la producción del primer lote de hidrógeno renovable (que puede usarse para descarbonizar la movilidad o en procesos industriales) fabricado a partir de biometano como materia prima, en la planta de Repsol en Cartagena. Así mismo, en nuestro país ya existe una flota de vehículos que se mueven con gas natural de origen fósil y una red de gasineras en las que se podría distribuir biometano. De hecho, Madrid ha anunciado que comenzará a utilizar este gas para mover los autobuses públicos de la EMT.

Lo más importante, afirma Flotats, es que las futuras plantas de producción se sitúen «cuanto más cerca del campo, mejor» y «cuanto más cerca de las plantas recicladoras de las ciudades, mejor». Es decir, que las propias instalaciones agroganaderas puedan autoabastecerse. «Emplear sus residuos orgánicos para generar energía renovable que retorne a la fábrica, de manera que el proceso sea circular y así ahorren las emisiones de gases de efecto invernadero que producen otras fuentes de energía», detalla.

Por lo mismo, considera importante implementar soluciones de biometano en las plantas de reciclaje o próximas a ellas «para que los residuos del contenedor marrón (de restos orgánicos) no solo se usen para generar compost, es la opción más deseable. Lo ideal es que se hicieran ambas cosas». Del campo a la ciudad, el biometano se presenta como una alternativa más para aprovechar los residuos orgánicos, calentando las viviendas y moviendo coches o autobuses.

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