Gastronomía

Un Halloween gastro para morirse

Es posible encontrar en las panaderías el rico pan de muertos. En Tepic, mañana y pasado se sirven platos típicos para disfrutar del festejo

Jardiel Varela, chef de Tepic, espacio perfecto para celebrar el Día de Muertos
Jardiel Varela, chef de Tepic, espacio perfecto para celebrar el Día de MuertosLRM

La globalización no es solo el outsourcing, el encontrarse el chipotle hasta en la sopa (de cocido) y lidiar con una invasión lingüística aterradora que está provocando que nuestros adolescentes (y otras criaturas más añosas) tengan flow en vez de estilo, den cringe en vez de dentera y se llamen entre ellos bro y otras abominaciones que espantarían al mismísimo Edgar Allan Poe (permítanme la referencia al estadounidense, lectura indispensable estos días) y que habrían ocasionado la necesidad de ingerir cafetidrina a Umbral.

La globalización también tiene su parte cachonda, de francachela, de guerra cultural felizmente perdida, y eso es un poco Halloween. En este país de esperpentos, los Max Estrella del presente no esparcen genialidad por los callejones de Madrid, sino que se visten de fantoche y se entregan a un delirio sicalíptico y un poco cutre que produce ternura. Y que casa bastante con nuestro muy católico carnaval, disfraz temporal que oculta realidades más tristes, y que le pone buena cara a la fatídica parca en vez de a los rigores de la Cuaresma.

La comida siempre es motivo de buena acogida, y los restaurantes han tenido que abrir las puertas a esta americanada entrañable. Y ojo, que no nos olvidemos que en otras latitudes hermanas y primas también se hacen guiños a la muerte.

México, por derecho propio, lleva siglos de colorida verbena mortuoria, con altares de muertos, merendolas en los cementerios y unas recetas para morirse del gusto. Traemos, pues, los planes gastronómicos de Halloween en Madrid que más nos han seducido, con guiños a lo más rico de otras tierras y a nuestras adustas tradiciones, por supuesto. Faltaría más.

Volvemos a México porque en Tepic, rinconcito gastro que huye de los tópicos, celebran el Día de Muertos.

Durante los días 1 y 2 de noviembre van a servir platos únicos, perfectos para disfrutar de este festejo. La tostada de pulpo a la brasa con vieiras, salsa negra y mayonesa de habanero; el tamal de hoja santa, frijol, salsa verde y pollo a la parrilla, y el divertido pan de muerto tradicional con chocolate caliente especiado son las tres delicias que solo estarán disponibles esas dos jornadas, cocinadas con amor por su chef, Jardiel Varela.

Nuestros amigos italianos también gozan de estas fechas y lo hacen reverenciando a la calabaza, cucurbitácea que llenó no pocos buches en época de carestía y que hoy en día se ha convertido en un manjar con el que se elaboran deliciosas propuestas.

Los sicilianos del restaurante Ozio han creado un menú temático de esta hortaliza para la cena del martes 31 de octubre. Nos esperan platos tan apetitosos como un flan de calabaza y parmesano o los ñoquis hechos con esta verdura anaranjada y redondita.

Reivindiquemos también nuestras costumbres. Las pastelerías

se llenan estos días de dulces patrios, a saber: los buñuelos de viento y los huesos de santo. Hay un montón de sitios donde los bordan, e incluso innovan en torno a sus sabores y rellenos.

Un «roscón mexicano»

Imposible no mencionar Nunos y sus creaciones especiales (que pronto lanzarán) o locales tan de toda la vida como El Riojano, El Horno de San Onofre o El Pozo, sitio, por cierto, donde tienen el mejor hojaldre de Madrid, se lo garantizo.

También es posible encontrar en algunas panaderías el rico pan de muertos, una suerte de roscón mexicano que simula una calavera con sus huesecitos. Lo suelen tener en Mallorca y lo hemos encontrado en Bonjour, uno de los pocos sitios decentes de pan y bollos de la zona de Tetuán (y a precios de barrio).

Cuesta algo más encontrar los panellets, dulces catalanes típicos a base de patata y almendra. Los elaboran en la pastelería Villagarcía, espacio de la zona de Pacífico famoso por sus ricas alternativas para los diabéticos y otros desterrados del reino del azúcar.

Falso raviolo

Un falso raviolo de calabaza del restaurante siciliano Ozio Gastronómico, un lugar que, sin duda, constituye una alternativa de nivel a las numerosas cocinas internacionales que navegan por la capital de España. Además, Ozio tiene una chisposa bodega de vinos transalpinos.