
Verde
Reforestación inteligente, algoritmos que contribuyen a crear bosques
La firma Retree ha desarrollado un software que monitoriza día a día el estado de las reforestaciones

Robledillo de la Jara, en plena sierra de Madrid, asiste estos días a una reforestación masiva en sus montes. Hasta este emplazamiento a 1.300 metros de altitud llega cada día la cuadrilla de trabajadores roble en mano, dispuesta a coger el azadón y acomodar los aún pequeños árboles en los alcorques que les servirán de hogar. Antes ha habido un arduo trabajo de acondicionamiento de un terreno pedregoso, en pendiente pronunciada y bastante árido, hasta ahora copado por entero por jaras y retamas. Las plantaciones en otoño son ideales porque el fresco y las lluvias ayudan a los árboles a enraizarse.
Unos días antes de la llegada de las primeras lluvias de este otoño, el grupo de periodistas que visita esta zona se pregunta incrédulo cómo este secarral llegará a convertirse en bosque. «Lo que hacemos no es solo plantar arbolitos, echar un poco de agua y listo», comenta en un momento dao Pedro Pérez de Ayala, confundador de Retree, empresa dedicada a la «reforestación inteligente». Reforestar, recuerda, supone hacer gestión del monte y evitar incendios; es recuperar terrenos áridos, agua y biodiversidad –primera motivación, dice Pérez de Ayala, para constituir la empresa hace cinco años, es contener emisiones, y evitar la desertificación de un país con un 20% del terreno ya degradado.
En el caso de Retree la palabra inteligente no está ahí solo porque queda bonita. Uno de los puntos fuertes de su trabajo ayudando a las empresa a compensar emisiones contratando sus proyectos de reforestación, es la monitorización en tiempo real del comportamiento de cada plantita y de lo que está absorbiendo cada bosque que plantan. «Desde la distancia y sin tener que ir al campo, podemos ver lo que ocurre en cada zona en la que trabajamos, comprobar si los árboles están creciendo, si tienen problemas y saber exactamente cuánto CO2 están absorbiendo», comenta el confundador de la empresa y matiza que solo colaboran con empresas que cuentan con plan de reducción de emisiones.
Trazabilidad
El desarrollo de este software les permite dar confianza a su cartera de clientes, pero también comercializar esta herramienta basada en IA para aumentar la trazabilidad y transparencia en un mercado, el de carbono, que en ocasiones ha sido acusado de falta de transparencia. «Somos conscientes de que el gran reto es devolver la confianza a un sector muy opaco y por eso creemos que la monitorización es fundamental», comenta Pérez de Ayala. Otra ventaja que tiene trabajar apoyándose en la tecnología es la posibilidad de tener un bosque repartido en varios lugares de la geografía.
Llevan solo cinco años y ya cuentan con superficies reforestadas y proyectos en marcha en Madrid, Valencia, Cáceres o La Rioja; han replantado más de 120.000 árboles y están seguro al afirmar que sus bosques ya han absorbido más de 29 kt de CO₂ Presumen de trabajar solamente en zonas áridas de España, despobladas y trabajar con proveedores y mano de obra local, aunque eso en ocasiones haga aumentar el precio al que venden la tonelada de carbono. «Cuando se explica a los clientes lo que hay detrás de un proyecto, entienden».
Proceso
En un proyecto como este lo primero que hacen es restar en el cálculo de CO2 lo emitido por la biomasa que quitan antes de replantar. Monitorizan las plantaciones año tras año y pactan con las empresas contratos de hasta cinco décadas que cubren los gastos de mantenimieno y de reponer los árboles que vayan muriendo. «Se planta un 15% más de árboles, porque es más o menos la tasa de mortalidad. Nuestra primera motivación siempre ha sido regenerar ecosistemas y crear empleo en zonas que se están despoblando. Luego surgió el tema del mercado de CO2, Cada vez que se toma una decisión, tiene que ser porque mejora la naturaleza», detalla su fundador.
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