Presupuestos Generales del Estado

El Gobierno cree en Dios

Notas del 7 de octubre, mi amigo el gran Juan Luis ‘El Sabio de Tarifa’ contaba que había estado de invitado en las bodas de Caná. En su versión de los hechos, San José había agarrado una pajarraca importante con el vino y que, al volver a casa al día siguiente con la resaca, María le ofrecía agua y él pedía “Que no la mire el niño”.

Juan Luis estuvo en las bodas de Caná y nosotros en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado. El Gobierno hace pédricos cálculos sobre los dineros de España que demuestran que cree en Dios y en una subida del ocho coma uno de la recaudación tributaria el año que viene. Tanto gastan que Marisú Montero ya parece un jeque árabe con carreta rociera. Cree que sus estimaciones son “prudentes y realistas” y si suben los precios y no hay semiconductores para hacer coches, ni barcos portacontenedores, ni gas, ni camioneros, y sale más barato comprar un anillo de pedida que planchar las camisas, pues qué son 232.352 mil millones de gasto, eh, ‘chiqui’.

En Moncloa se ha abierto un tubo lávico de pasta que va desde el despacho de José Félix Tezanos hasta el Consejo de Ministros. Con lo que sale por allí, asfaltan las encuestas del voto joven en las próximas elecciones generales. Por los jardines presidenciales, Yolanda Díaz camina leve, blanca e intocable como Campanilla. Moncloa apesta a convocatoria electoral.

A los Quintos, antes les daban un uniforme y ahora les darán 400 euros del bono cultural -además del bono del alquiler, más bono que en U2- para gastarlo en lo que les de la gana, menos en toros, no vaya a ser. A los chavales les dicen que sin van a la plaza, les salen granos, llagas en las manos, se quedan ciegos y se parecen a Antoñete.

Algunos jóvenes ya se pasan los carteles de la Feria de San Miguel como antes se pasaban las revistas de señoras, y eso está muy mal para la moral del gobierno, que es de moral de victoria y de la cruz que llevamos de legislatura. Ahora los jóvenes tendrán que ver lo que diga Yolanda Díaz, oh, Blancanieves de Fene y don Miquel Iceta, a la sazón, Ministro de Censura.