Cástor Díaz Barrado

Chagos: una nueva derrota

La decisión de la Asamblea General de Naciones Unidas de que Reino Unido devuelva el archipiélago de Chagos a Mauricio en un plazo de seis meses supone un nuevo avance en la descolonización de aquellos territorios, como Gibraltar, que todavía se encuentran bajo dominación colonial. Una buena noticia para la comunidad internacional y una decisión conforme al ordenamiento jurídico internacional que, además, en este caso, se encuentra avalada por el Tribunal Internacional de Justicia. El Gobierno británico sigue sumando derrotas en su política exterior y también las posiciones de su aliado en estas materias: Estados Unidos. Aunque no lo parezca, la política anglosajona de las relaciones internacionales está en declive y, en un plazo razonable, se irán viendo los resultados de posturas equivocadas.

El apoyo de España y Argentina a que los británicos se retiren de Chagos expresa una coherencia en política exterior y, además, abre el camino para que finalmente se hagan efectivas las legítimas reivindicaciones de ambos países. Mantener situaciones coloniales viola gravemente el orden internacional y pone en peligro la convivencia entre los Estados. Los países que mantienen posturas colonialistas, como Reino Unido, tensan las relaciones internacionales y están muy alejados de los valores y principios que inspiran a Naciones Unidas. La mayoritaria decisión adoptada por la Asamblea General de que Reino Unido se retire de Chagos abre de nuevo el camino de la esperanza y nos recuerda que ningún Estado, aunque sea miembro permanente del Consejo de Seguridad, puede imponer su voluntad a otros, y que siempre se debe respetar el principio de igualdad soberana de los Estados y el derecho a la libre determinación de los pueblos.

Claro que importa que la decisión no sea vinculante y que Reino Unido no esté dispuesta a cumplirla, pero representa en términos éticos y también político-jurídicos una condena más del colonialismo en las relaciones internacionales. Un paso más en la conformación de una verdadera comunidad internacional.