Cástor Díaz Barrado

La visita

Más allá de las múltiples anécdotas que el Presidente Trump protagoniza con ocasión de su visita al Reino Unido, la Unión Europea debe tomar buena nota del contenido que se le quiere dar a las relaciones entre los británicos y los Estados Unidos. Sin ocultarlo, en modo alguno, el presidente estadounidense expresa la disconformidad de su política con el esquema de integración europeo. La Unión Europea no interesa a los Estados Unidos y, en su política exterior, tan solo convendría mantener relaciones bilaterales con algunos de sus Estados miembros. La oferta de un acuerdo “fenomenal”, en términos económicos, con el Reino Unido en el caso de que abandone definitivamente la Unión expresa bastante bien cuáles son los verdaderos objetivos de la actual política norteamericana, seguramente equivocada, pero alentada por muchos sectores en la actual sociedad internacional. Hoy más que nunca está duda el papel que debe tener la Unión Europea en el orden internacional y tanto Rusia como los Estados Unidos tienen en esto un interés común: obstaculizar los avances de la integración europea. Sin embargo, aquí no radica el principal peligro puesto que basta con saberlo y orientar la política exterior comunitaria en la dirección que corresponde. En verdad, la disgregación interna en la Unión Europea sería letal para un proyecto que, pese a las vicisitudes, sigue en píe. Las propuestas de Trump podrían acelerar la desconexión del Reino Unido de la integración europea y esto no es necesariamente negativo para quienes defienden los intereses comunitarios. Aunque, por designios incomprensibles, podría producir, sin embargo, el efecto contrario. No se trata, en todo caso, de una visita inocua ni de mera cortesía ni tampoco de una exhibición estrambótica del modo de hacer política del Presidente estadounidense. El propósito de la visita ni tan siquiera es reforzar las relaciones Estados Unidos-Reino Unido que, por sí, son suficientemente sólidas y profundas. Más bien lo que se pretende es desanimar a quienes siguen apostando por la integración en Europa y mostrar que existen otros caminos para las relaciones con los Estados Unidos.